Davide Squillace encandilando en Terminal 5

Techno-minimal, agua y colas infernales en el centro de Madrid

Domingo noche, lunes festivo y distintas opciones “electrónicas” para salir. Por un lado tres fiestas con sabor remember en tres estilos diferentes: En Audium techno y EBM con Chimo Bayo y cia, en People un house antiguo de la mano de sus residentes y en Groove mezcla de trance y progresivo con Abel Ramos. Por otro lado apuestas más actuales como Pfirter en Cassette, dubstep y D&B en la fiesta Voodoo en Faena (¡!) o Davide Squillace en Terminal 5. Por el título de la crónica ya sabéis cual fue la elección. ¡Y en qué mala hora escogí!

Primero los antecedentes. Terminal 5 es una nueva propuesta para las noches de los domingos en la sala The Fame (lo que era el Sweet), al lado del teatro Calderón (me niego a llamarlo como una marca de helados) en pleno centro de Madrid. Pinchaba Davide Squillace el napolitano afincado en Barcelona. Llovía a cántaros pero eso no era suficiente impedimento para quedarse en casa. A las 12:20 por la puerta del local estaba desértica. Si se iba por lista se entraba gratis o 12 euros por dos copas antes de las 2:30. A partir de esa hora todo el mundo a pasar por caja soltando 15 euros por una copa.

"La pista"

Como por la intensa lluvia, que dio pocos momentos de respiro, no se podía estar en la calle hubo que refugiarse en otros lugares cercanos para tomar las primeras copas. Había que ser prudente y evitar posibles (pero poco probables) aglomeraciones, así que justo a las 1:40. Había cola pero la entrada estaba a unos 15 metros (20 como mucho), así que si todo iba normal y a pesar de la gente no habría porque estar más de 20 minutos esperando para entrar. Craso error. Aquello no se movía. Al igual que Mou, nadie sabía por qué. Mucho portero, mucho organizador en la puerta y mucho list@/grupos de list@s que entraba directamente saltándose la cola (con la conveniencia de los “amos de las llaves”). Pero el clubber que llevaba un buen rato esperando completamente parado y medio mojándose cuando empezaba a llover (bendita cornisa del edificio) estaba ahí como un paria. Muchos pensarían que si la cosa no se movía era por lo llena que ya podría estar la sala. Pobres incautos. La jugada por parte de la organización estaba clara: ritmo de entrada lento no, lo siguiente; que el reloj corra y clín-clín caja, que la cola va creciendo por el fondo y ya dobla la esquina. Por cierto, una entrada pequeñísima donde se producía todo un overbooking si dos personas del interior querían salir a fumar y dos del exterior tenían la suerte de pasar, ya fuera dentro del tiempo de gratis o por 12 euros, o out-time por 15.

"Vemos que Squillache estaba sintiéndolo, pero Bifeis ¿cuándo vas a hablar de la música de la noche?"

En esas que llovía, la gente se impacientaba, un avance de 2 metros porque el grupo de delante se le ha agotado la paciencia. Inmigrantes vendiendo paraguas, silbidos, insultos, uno que se quiere colar, otros que se lo toman con humor. Existe un grupo en Facebook que dice así: Hacerse el serio en la puerta de la discoteca cuando vas borracho. El que fuera etílico y esperara pacientemente en su sitio llegaría con resaca a la entrada. En mi caso concreto entramos al after de la cola (esto es, la fiesta en sí) a las 2:45. Curiosamente a partir de las 2:35 aquello se aligero de forma evidente. Y sí, dentro había gente pero ni mucho menos se palpaba un ambiente irrespirable. Se podía bailar perfectamente sin agobios, aunque con bastante calor en algunas zonas de la sala.

"La manos van al pan"

Y ahora lo que os importa de verdad. La música que se puso. Davide Squillace un set de tres horas. La primera hora estuvo bailongo y pistero, el napolitano sentía lo que pinchaba. Luego, para mi gusto, demasiado lineal. Todo muy Circoloco con la gente pasándoselo fenomenal. Y ahora que la organización tome nota de cómo hacer las cosas rápidas y al grano. Aquí se acaba la crónica. Directamente os dejo con los videos.

"Estuvo animado el amiguete Squillace"

"Cerrando el chiringuito"

P.D.1: Lo de la Ley antitabaco, y a pesar de los esfuerzos de las salas (incluida The Fame), es un completo fracaso. En España el cliente de discotecas que es fumador no está por la labor de salir a la calle a encenderse un pitillo según qué horas de la noche. Demostrado.

P.D. 2: El récord de mi tiempo de espera en una cola para entrar en una discoteca sigue en una hora y media: Ricardo Villalobos y Tobie Neumann, Danzoo Octubre de 2007.

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Fotos: Electrónica & Roll
Videos: Canal Youtube de Electrónica & Roll

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