Musicland 2012, odisea en el lodo

Otra edición de un festival que deja muchas dudas y a casi todo el mundo insatisfecho

Es bastante complicado empezar una crónica de un festival donde han pesado más los aspectos negativos que los positivos. Lo principal es que Musicland ha sido un evento incómodo. Lo que parecía una panacea que aglutinaba todo tipo de música y así convertirse en una referencia en Madrid, tan huérfano de un gran festival como Sónar (lo único que le puede hacer un cuarto de sombra sigue siendo Klubbers Day), se ha convertido en una gran burbuja que ha explotado. Y van unos cuantos en la capital. 

 
La premisa inicial era fuerte dando la impresión de un doble (incluso cuádruple) o nada. Al final ha sido nada. Demasiado cartel, mucha publicidad y un halo de improvisación y desidia por todos lados. Entradas a un precio estándar para luego reducir su importe, y hasta regalarse de dos en dos. Cancelaciones de algunas actuaciones (pregunten por la zona indie del viernes) y algunos cambios de ubicación de los artistas no solo por zonas sino por días (el cacareado asunto de Pendulum). Y encima el tiempo no acompañó para un festival al aire libre. 

El sábado era la jornada dedicada a la música electrónica en un horario diurno y con cierre a las 3 de la madrugada. Al llegar se podía comprobar que las inmediaciones de la Ciudad Deportiva del Rayo Vallecano estaban tomadas por la policía (algo sensato teniendo en cuenta la cantidad de viviendas que hay por la zona) y por miles de jóvenes. No, no hubo poca asistencia. ¿Cómo va a haber poco público cuando las entradas están a precio de saldo o directamente has entrado de forma gratuita? Aún así, pocas colas para entrar. Pero la primera sorpresa fue ver que no había nadie que repartiera un folleto con el horario y zonas del recinto como para informar a los asistentes. Solo unas cuatro chicas, muy monas eso sí, sosteniendo una especie de mapa del mismo cada una. La primera vez que un servidor ve algo así. 

 
Ya hemos dicho que el tiempo no acompañaba: cielo encapotado y lluvia intermitente y plomiza. Pero al entrar y ver que el único acceso a dos de los cuatro escenarios -al final reducidos a tres porque en el stage de Red Bull había un Hummer pero ningún dj- fuera un paseo por arenas movedizas de barro dice mucho. Que la única zona cubierta fuera una odisea en el lodo dice más. Curiosa paradoja. No tener algo así previsto y no haber hecho un esfuerzo para que los que iban con botas de agua no fueran la envidia del festival es un lunar de la organización. No, no queremos una alfombra roja para bailar -faltaría más- pero tampoco queremos terminar como una luchadora de barro tras su show por asistir a un festival en Madrid capital. 

Tras comprobar el terreno y ver el cierre de un minimalero -y en su línea actual- Marco Carola a las afueras de la carpa, la única solución fue ir al escenario Ambar donde había asfalto para acceder a él. El campo de fútbol de césped artificial estaba cubierto por una enorme lona azul. Con la lluvia y el barro de los que se atrevieron a que el piso no se comiera sus zapatillas te ponías perdido igualmente. Así ocurrió, la gente quitó la lona para bailar en la hierba. Carl Cox ataviado con una camiseta del Time Warp italiano, estuvo bailongo y conguero. "Ouh yes! Ouh Yes!" Ya saben. Para meterse al público en el bolsillo desde el minuto 1 no hay nada como soltar el clásico "Sunshine" de Tomaz vs Filterheadz. Y a base de Tech-House de vieja escuela hizo que la gente se olvidara de todas las inclemencias e incidencias. 

Después de Cox le llegó el turno a un zapatillero y energético Technasia que no paraba en cabina. Le tomó el relevo el inglés John Digweed. El de Bedrock estuvo algo anodino al comienzo, con su momento "álgido" al pinchar el descafeinado remix de Julian Jeweil del "30th Northeast" del propio Digweed y Nick Muir, si al menos hubiera puesto la excelente remezcla de Abe Duque.... Pero a la media hora tiró de galones y comenzó a llevarnos por donde quiso a base de melodías y recovecos de house electrónico. Para los que demandaban caña, insuficiente; para los que preferían atmósferas, incontestable. 

Tras él, volvieron sonidos más rítmicos con Michael De Hey haciendo un set de manual donde el bombo era el protagonista. La mayoría del publicó lo recibió con los brazos abiertos. También tuvo sus momentos melódicos como con el remix de Deetron del "Picnic Electronique" de Marc Romboy y Rodriguez Jr, que no me cansaré de recomendar a todo el que quiera flotar. De Hey estuvo mucho más entonado y versátil en la recta final de su sesión. 

Y cuando todo el mundo esperaba a Dubfire, según los horarios, aparecieron los Bloody Betroots con cambió de escenografía incluida. Un dj set que comenzó ofreciendo electro festivalero que tanto gusta a la muchachada. Así que por no estar todo el festival en la misma zona fuimos a buscar al bueno de Ali Dubfire, si es que vino. 

En ese camino, y ya de perdidos al río, hubo un leve reconocimiento en la carpa cubierta donde estaban los 2Many Dj´s con el mismo playlist de siempre, y a la pasada Goa de Carnaval me remito. Sorpresa 0 y allí ni rastro de Dubfire. Hubo ánimos de llenarse más de barro y llegar al segundo escenario más amplio -y al igual que el Ámbar cubierto por una lona azul- para ver al que parecía, por su música, a Dubfire. Ojo, no aseguro que fuera él, pero tenía toda la pinta. Lo que sí asegura el que suscribe es que allí se escuchó un minimal-tech, quizá algo impersonal pero que a un gentío con ganas de fiesta le era más que suficiente para esas horas de la noche. 

Y con esas fue el momento de despedirse a media hora del cierre de un festival que se puede decir a todas luces que ha pinchado en su primera edición. Veremos si se hace una segunda. Madrid deberá seguir esperando.

P.D: También hubo aspectos positivos, el sonido no era del todo malo y se tardaba muy poco en pedir cervezas en el escenario (¿?) del Hummer, y además las camareras siempre estaban con una sonrisa en la boca y muy simpáticas.
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Esta crónica también ha sido publicada en Deejay.es

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
oye, hay alguna forma de saber quien pincho y a qué hora, porque nosotros la verdad no nos enterabamos de nada, por la desinformación y y o disfrute con algunos dj's pero sin saber quienes eran exactamente...
Sergio Bifeis ha dicho que…
Gran pregunta que me gustaría responder si supiera la respuesta. Porque yo sigo igual de desinformado que el resto de gente. Nunca unos horarios habían baliado más que los propios asistentes
Anónimo ha dicho que…
Bifeis era Dubfire... Nosotros estuvimos en esa zona esperando a los Bloody Betroots y aparecio Ali Dubfire. Una pregunta a que hora empezo Digweed? Xq intuyo q me perdi bastante mas set del q creo...

Lamentable el festival a nivel de organizacion.

Saludos Blac.
Sergio Bifeis ha dicho que…
Creo que en el escenario Ambar los horarios se cumplieron a rajatabla excepto el cambio de los Bloody por Dubfire
Diego M. ha dicho que…
Pues yo me apunte en una guia los horarios y salvo por que a los bloody los adelantarón los demas se cumplierón mas o menos yo juraria que los bloody eran en el Ambar eso si ponia que cerraban ellos, luego vino un chico y una chica a pinchar... que de buenas a primeras cortarón la musica

A Dubfire lo tenia situado en el escenario principal, el ambar era el otro donde actuo Carl Cox y cia...

Pero vamos yo al año que viene no volveria a ir, en las estaciones de metro por lo visto que habia chicas repartiendo entradas como si de el pronto se tratara...que verguenza de organización
Laura ha dicho que…
En el escenario ambar no se cumplieron los horarios, te lo aseguro.

Se cambiaron con musicland desde primera hora, menos el cierre, q fue el previsto de the bloody beetroots. (Yo vi desde Lucca allí).

El musicland estaba cerrado hasta las 6 por lo menos. Yo alli solo vi a Dubfire, en el cierre.

En el zyde yo pude ver a Marco Carola, 2000 and one, simian mobile disco.

Entre Michel de Hey y Dubfire era imposible enterarse de quien pinchaba.

Alguien sabe si pincho D-formation, Steve Lawler, Jim Rivers y Kabale und Liebe?