Mona E.P, o la finura de El Niño Andrés

House fresco desde Mostar


Muchas veces cuando queremos referirnos al house de raíces puras y duras lo primero que se te viene a la cabeza es EE.UU y concretamente ciudades como Chicago, Detroit, Nueva York o San Francisco. Sin embargo, existen otros caminos y raminificacones en un mundo globalizado como es el actual. Ahora mismo hay dos escenas que están pisando fuerte. Por un lado tenemos la cantera latinoamericana donde ese carácter abierto hace que la música house sea, con mucha diferencia, más desenfadada que la erudita Europa occidental; y por otro lado tenemos la explosión de una escena electrónica venida de los países del Este que a la rectitud y disciplina propias se le añade un punto de calidez impensable en lugares donde el termómetro mira siempre hacia abajo. Y ahí está El Niño Andrés, un bosnio amante del house que aglutina esas dos características. Y su última release Mona E.P de fe de ello.


Pero vayamos por partes. El Niño Andrés es solo un nombre en español bajo el que se esconde Anton Kordic, oriundo de Mostar (Bosnia) aunque en todas sus biografías se le de por croata. Su influencia latina es evidente ya que su sello se llama Hija De Colombia y todos sus trabajos están titulados en castellano. Y esa extraña conexión desde los balcanes a parajes más tropicales hace que la música que destila el sello, y el artista, exhale personalidad. Y eso es Mona E.P. Cuatro cortes planchados en un vinilo color rojo pasión que se puso a la venta el pasado 10 de mayo (en digital saldrá el 6 de junio).

Son producciones no muy largas. La que da nombre al título de la release combina a la perfección momentos melancólicos gracias a ese piano que sencillamente fluye y unas vocales envolventes, con el reprís de un tema de baile gracias a una percusión la mar de marchosa.

Hora Mágica, el segundo corte (y a mi juicio el mejor), apuesta por un comienzo fiel a los orígenes del género para luego irse convirtiendo en otra cosa. No me preguntéis en qué porque no lo sé. Hay que tenerlos muy gordos para prescindir del potente bombo a mitad del tema y que todo se articule en la parte más melódica y emotiva. Para seguir el ritmo la palmada y los bongos te indican el camino. El resto es dejarte llevar por ese misticismo que emana las voces superpuestas y ese saxo. Lo dicho, tema arriesgado y al mismo tiempo muy agradecido. Para valientes.

El primer tema de la cara B es Cazador y su particularidad es que es el más rítmico y tribal de todos. Herramienta para el dj, aunque el órgano le aporte cierta solemnidad alejándose del tech-house más facilón. Aún así es lo más flojo.

Y para acabar tenemos la remezcla que un joven valor ucraniano, Sleep Tight, le ha realizado a Mona. El remix es corto pero intenso y es como si metieras en una batidora el romanticismo dub de James Blake, la elegancia de Nico Jaar y el temple de su compatriota Vakula. Luego lo sirves en plato frío y lo degustas.



Kordic ha realizado un trabajo muy completo y pensado para los que no se quieren acomodar. El artwork de Maximilian Moser es punto y aparte. Una delicia en acuarelas. Conclusión: Monada de E.P.

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