Dejarse la piel para que otros suden

Kresy, Clip! y el espectáculo sonoro de la fiesta Down 2 Earth


"¡Tío, mi dedo parece una polla circuncidada!". Esta exclamación, que podría salir de un gag de cualquier comedia americana de humor zafio, la pronunció el barcelonés Eduardo Tarradas, alias Clip! al que suscribe tras su implacable castigo con sus falanges a una Akai MPC que escupió una metralla de bajos, cajas, palmas, vocales, toms y hi-hats que supieron a gloria a todos los que nos reunimos en la Sala Siroco el pasado viernes. Y es la metáfora perfecta de la ilusión, ganas y pasión que puede emanar de un artista cuando muestra su trabajo para que los demás lo disfruten. Hasta el punto de plantearte usar guantes aislantes para que fast-fingers Clip! no se convierta en broken-fingers. ¡Ímpetu de tomo y lomo!


Situemos el escenario. La céntrica y acogedora Sala Siroco (y su potente sistema de sonido) era el sitio ideal para que los chicos de Discomaths presentaran una segunda referencia que saldrá a mediados de mes y que su promoción previa ha brillado por su ausencia en una táctica valiente y arriesgada. El que quisiera escuchar lo nuevo del sello de Kresy tendría que personarse en su fiesta porque su creador Clip! ejecutaría las producciones que se incluirá en ella. Pero antes de eso, estaba J.Cachofeiro calentando una pista a base de house clásico y con coqueteos bass dando una de cal y otra de arena en la mezcla. El panorama que podías encontrar era a pirris post-clubianos, ilustres plumillas electrónicos (pónganse en pie con el señor Raúl Linares de Clubbingspain) y gente madrugadora en estas lides que eran dueños del club con sus extravagantes bailes.


"Vamos a esperar a que esto coja un poco más de color" comentaba El Niño (Post Club) para que Clip! no actuará para los más freaks del lugar que allí nos reunimos y las camareras. Ya se sabe que Siroco es una sala en la que sus sesiones funcionan a pleno rendimiento partir de las 3:00 de la mañana. No hubo que esperar tanto para que la sala tuviera un buen aspecto para que este catalán que está a un nivel altísimo comenzara su espectáculo sobre el escenario. No es nada sencillo estar poco más de una hora con un movimiento CONSTANTE y a una velocidad endiablada machacando los botones de su MPC para construir los temas en directo. Se metió al público en el bolsillo con sus temas House de carácter divertido y duro. A veces UK y a veces cruzando la frontera technera. Hacía bailar y al mismo tiempo hipnotizaba a la pista con sus latigazos manuales.


Tras un directo que dejaba pocos momentos para respirar llegó el turno de Kresy en cabina. Y el asturiano hizo lo que se esperaba de él, que pinchara House. Un poquito de Volta Cab por aquí, un poco de Francois K remezclado por Danny Tenaglia por allá. Cada vez dejaba menos tiempo de duración en los temas y lucía su técnica manejando fader y ecualizando. En otras palabras estaba pinchando House con técnicas puramente Techno hasta que se metió completamente en el barro y se desató. Cuánto más bruto se ponía, más disfrutaba la gente. Incluso con sus locuras, como cortar la música, ponerse a gritar y que el bombo te volviera a golpear en el pecho.

A veces bajaba de intensidad con guiños funk para volver a terrenos ácidos y detroitianos atreviéndose con algún Plus8 con la firma de Kenny Larkin. Y sí, cada vez que miradas conocidas se cruzaban el pensamiento era: ¡PUTO KRESY! Aquiescencia total. Sudamos como perros y los artistas se dejaron la piel sorprendiendo y gustando. Y por vivir estas situaciones en eventos donde sus responsables derrochan tanta pasión, uno ama esta cultura.

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