Innervisions Überall, un domingo cualquiera en Berghain/Panorama Bar

Por Gaspar Antuña

Durante los años que fui responsable de la programación de la Crystal Club de Goa en Fabrik tuve la suerte de poder organizar showcases de algunos de mis sellos favoritos. Si tuviera que destacar uno entre todos, probablemente sería Innervisions. En un momento en el que sello y artistas aún no tenían la repercusión actual, su visita anual suponía el highlight de la temporada. Recuerdo especialmente el año que conseguimos juntarlos a todos: Marcus Worgull, Alex From Tokyo, Frank & Kristian de Ame, Dixon y Henrik Schwarz. Casi nada.


El caso es que, al planear mi nueva visita a Berghain/ Panorama Bar, tuve claro que Innervisions Überall era la mejor opción. Por cartel y porque, visto lo visto, asegurarse un hueco en la apretadísima lista de puerta del club Berlinés te evita las largas colas y el estrés indeseado ante la opción de que Sven te mande de vuelta por donde has venido.

Como bien sabe cualquiera que haya visitado Berghain en alguna ocasión, el timing es fundamental a la hora de disfrutar de lleno de lo mucho y bueno que ofrece el club. Si uno se lo puede permitir, lo suyo es obviar las espesas y masificadas noches de los sábados y acercarse, recién levantado y apoyado en un nutritivo desayuno, la mañana del domingo. Y eso fue lo que hicimos el pequeño y entusiasta grupo que me acompañó en el periplo. La sensación de llegar a las once y encontrarte un tren en marcha, pilotado por el insigne Maurice Fulton desplegando un set que caminaba con paso firme del Disco al House y media vuelta, no tiene precio.

A eso de la una, Gilbr recogió el testigo de una pista incendiada y reorientó el viaje hacia el House más mental, de desarrollos largos, preciosista y un tanto melancólico. El acierto fue pleno. Ahí se da cuenta uno que las cosas no ocurren porque sí, que nadie llega al estatus de grande por pura casualidad. Durante las cuatro horas siguientes no hubo un solo pero que ponerle. Uno no se cansa nunca de esos efectistas y característicos instantes en los que las persianas se despliegan brevemente y el sol entra cálido iluminando la estancia regada de brazos al aire.

En Panorama todo es bueno y extenso y el cartel del pasado domingo en particular parecía diseñado para el delirio de los presentes. Se despidió el francés y llegó la que sin duda sería la actuación del día: Schwarzmann es el proyecto conjunto de los dos genios del sello Berlinés, Henrik y Frank, que ya había tenido la oportunidad de disfrutar en el festival XJAZZ del año pasado. Por entonces me pareció un diamante en potencia al que le faltaban aún muchos detalles por pulir. Pues bien, a día de hoy se han convertido en uno de los mejores live sets que se puedan escuchar. Todo encaja a la perfección: los patrones se suceden con elegancia e imaginación, las melodías fluyen y se amalgaman y la improvisación, cosa rara, es fluida y poderosa. El final de su set fue celebrado con una sonorosísima salva de merecidos aplausos.

A eso de las siete le llegó el turno al capo del sello: su santidad Dixon arrancó salvaje con el 'Let me tell u' de Jimmy Edgar y la pista rugía. Lo que prometía ser una sesión para el recuerdo se quedó a medio gas. La selección fue impecable pero monótona y las dos últimas horas pasaron sin pena ni gloria. No fue el día de Stefan y no es de extrañar cuando uno revisa su atareadísima agenda. No debe resultar sencillo ser Dixon tres veces por semana.

A eso de las once llegaba el cambio de turno y con él uno de los personajes de la electrónica que más admiro y que ya visitó Goa allá por 2009: Gerd Janson. Periodista, fanático musical, responsable de uno de los sellos más relevantes de la historia reciente, Running Back y por supuesto Dj de pulso firme y gusto variadísimo. Arrancó con una vigorizante versión del 'Love Thang' que prometía lo que todos esperábamos: un recorrido por el Disco y el House más sexy y dirty que uno pueda imaginar. Quizás le faltaron las aristas que uno puede encontrar en otros sets suyos, pero eso no dejan de ser menudencias. A Gerd se le ve en casa, no por nada es residente del club, y su imagen tomándose un café tras los platos mientras el público se dislocaba las caderas tardará en borrarse de mis retinas.

Poco antes de las dos de la mañana, exhaustos y felices, recogimos nuestras cosas y volvimos a casa en la seguridad de que, más pronto que tarde, nuestros huesos recalarán de nuevo en Panorama

P.D: Si no he mencionado Berghain en momento alguno es porque las dos o tres veces que me adentré en sus entrañas me resultaba desconocido: un tecno agresivo parecía ser la banda sonora del día, sustituyendo al habitual de desarrollos largos, cacofónico y mental. Otra vez será...

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Gaspar Antuña es el 50% de El Barrio Dj´s

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