Nahoomie, Lechuga Zafiro, Wesphere, C.O.U. o Beringie entre los primeros confirmados de este festival ecosistemático que se celebra en el solsticio de verano en un entorno natural
El festival Rizomes es de esas propuestas que desprenden magia. Hoy la organización ha anunciado su próximo encuentro en un lugar singular y acogedor como es la plantación de chopos de Can Ribes en La Cellera de Ter. Volviendo a coincidir con el solsticio de verano, los días 20, 21 y 22 de junio se llevará a cabo una quinta edición que aumenta su aforo y acogerá a 2.000 personas. Una clara señal del crecimiento de un proyecto que sobrepasa el concepto de festival y que se acerca más a una filosofía, una manera de ver y vivir la cultura.
La organización ha revelado el primer avance artístico donde hay bastante presencia electrónica donde podemos destacar el poderoso y divertido house de Nahoomie, la experimentación de Wesphere, la psicodelia musical y visual de los misteriosos C.O.U. (que ya saben qué es tocar en Sónar), el buen pulso de Lechuga Zafiro, los sonidos de la escena UK jazz a manos del londinense Beringie o el ambient sosegado Ada Colau Dúo.
Habrá espacio para más estilos desde el folk hasta el pop pasando por propuestas jazz y hip hop. En ese sentido la escena catalana está representada con la sensibilidad del dúo Alosa, el estimulante folk de Tarta Relena (banda emblema de festival) o el jazz de Lucía Fumero Trio.
El festival se abre mucho más al ámbito internacional con la presencia de nombres tan variados como la banda de jazz alemana Fazer, el popular acordeonista suizo Anatole Muster, los polacos Błoto y su hip-hop instrumental imbuido de nu-jazz, el imaginativo músico francés Pierre Bastien que construye sus propios instrumentos o la banda londinense de folk-rock progresivo Hoy Chorale.
Como evento multidisciplinar, habrá espacio para la poesía escénica y las performances a cargo de Núria Corominas junto a Daft Kant y Versonauta en un segundo escenario que se presenta como novedad. Además habrá una espectacular instalación lumínica obra de Andreu Fábregas.
Lo que hace especial al festival es su compromiso por el medio ambiente. Con un informe de sostenibilidad que analiza la huella de carbono y su impacto ambiental, se ha calculado que el Rizomes tiene una media de emisiones de CO2 de aproximadamente el 51% respecto a la media de festivales europeos. La sostenibilidad se afronta desde 4 enfoques diferenciados: energía, agua, materiales y residuos.
Por ello Rizomes ha implementado prácticas sostenibles como el uso de baños secos, donde los desechos se convierten en abono para el bosque; la reutilización del agua de las duchas para el riego y la construcción de infraestructuras con materiales vernáculos y reciclados. Un ejemplo son los invernaderos diseñados por OJO estudio para la bienal nómada Manifesta 15, que después de haber estado ubicado en las 3 Xemeneies (el espacio más emblemático del evento) encontrarán una segunda vida en el festival Rizomes. También destaca la mesa infinita de las diseñadoras Elia Bagó y Sara Torres, que serpentea entre los árboles y permite que cientos de personas se sienten simultáneamente.
Además, el festival cuenta con una zona de descanso elevada, formada por redes colgadas entre los árboles, ofreciendo un espacio tranquilo y único a una cierta altura del suelo que ha sido diseñada y construida por el arquitecto y escenógrafo Roger Badia. Otra iniciativa sostenible del festival es el horno de tierra construido mediante un taller didáctico con 15 participantes, utilizando tierra cruda extraída del mismo terreno.
Este compromiso integral con la sostenibilidad ha valido en el Festival Rizomas el reconocimiento del certificado AGF (A Greener Festival), consolidándose como un modelo ejemplar en la gestión sostenible de grandes eventos culturales.
Ya están a la venta abonos, entradas por días y reserva de camping y autobús hasta el festival desde la web de Rizomes.
Y dejamos el aftermovie de su pasada edición para ir abriendo boca.
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