...pero tenemos que hablar de lo de Paul Kalkbrenner
La cuarta edición de elrow Town fue un éxito sin paliativos. Al menos a nivel de asistencia, con un sold out que congregó a más de 35.000 almas en el Recinto Ferial de Torrejón de Ardoz el pasado 1 de mayo. Un cambio de recinto casi in extremis sobrevenido por la imposibilidad de hacer eventos en IFEMA al aire libre al menos este año.
Las comparaciones siempre son odiosas pero quitando el tema de sacar de la ciudad de Madrid una propuesta así, con las facilidades de acceso en transporte público que eso significa, la sensación es que el nuevo emplazamiento en el municipio del este de la Comunidad da otro tipo de posibilidades. Un espacio mucho más grande y no todo tan concentrado tiene sus ventajas. Es como trasladarte a una mini-ciudad y es algo que encaja a la perfección con la fantasía que vende la organización y que le hace ser una de las marcas más reconocibles del ocio electrónico a nivel global. 80.000 m2, zonas ajardinadas y espacios de sombra natural siempre van a sumar. Hasta había un mirador para el escenario principal, la zona VIP de los pobres, para poder deleitarse con el montaje de un escenario espectacular. Las cosas como son.
Un acierto que no significa que no haya ciertos lunares en temas de previsión logística. Colas para acceder al recinto, colas para recargar pulseras y colas para pedir en barras. Demasiados tiempos de espera que pueden chafar un poco la experiencia da algunos usuarios. Y es que miraras donde miraras todo era una ebullición de gente que quería disfrutar sin ningún tipo de límite.
Hablamos de un festival que dura 12 horas y cuenta con 8 escenarios temáticos. Desde el psicodélico Hallucinarium, hasta el tenebroso Horroween (al que acceder era toda una odisea), pasando por el luminoso Bowsque Encantado (la gran sorpresa de esta edición) o la desacomplejada fiesta andaluza de Rowcio para quien le da igual ya 8 que 80. También había áreas más pequeñas como PINK, The Arch by OCB, Desperados Avenue y Jail by Mucho FOMO esta muy escondida y donde realmente un libretita podría encontrar algo de sustento musical algo más selecto (fue un oasis sonoro poder escuchar un 'Vodooo Ray' de A Guy Called Gerard. Pero seamos sinceros, no vas al elrow por la música exclusivamente. El dinero de tu entrada no es para vivir una experiencia para descubrir a X artista. Aquí se va lo que se va: a desfogar y a pasarlo pipa entre confeti, hinchables, animación, esculturas, escenografía y decorados.
La marca es lo que vende y la música, que es un pilar importante, puede ser un elemento secundario porque el envoltorio es lo que llama más la atención. En ese sentido elrow no tiene rival a la hora de desplegar un arsenal lleno de color, creatividad y alegría. ¿Quién no se puede venir arriba con algo así?
Y aún así siempre existe la posibilidad de que alguien no sepa comportarse. Sí, ya estamos hablando de la agresión a Paul Kalkbrenner en el escenario principal cuando un hombre sin camiseta fue capaz de subir hasta la cabina para agarrar por el cuello al alemán de manera poco amistosa y muy amenazante.
Hay vídeos con diferentes tomas del suceso en redes sociales y hasta medios generalistas se han hecho eco de ello. Un hecho lamentable y que obviamente condenamos. Un fallo en la seguridad por mucho que nadie puede esperarse que suceda algo así. El directo de Paul Kalkbrenner mató el entusiasmo que dejó Ilario Alicante con un tech-house tan ramplón como funcional. Kalky ofrece otra cosa y no estaba calando entre la mayoría del público.
Entiendo que la organización buscaba otro tipo de vídeos del alemán. Seguramente poniendo alguno de sus himnos en la golden hour, que siempre queda muy bonito para redes sociales y como imagen de marca. ¡Y qué cojones! que todos nos pondríamos sentimentales. Al final el éxito global de este artista proviene de donde proviene. Spoiler: apenas recurrió a temas de Berlin Calling, quien esperase un 'Sky and Sand' se fue con un buen chasco a casa. El directo de Kalkbrenner se basó en sus composiciones más recientes, de las que ha firmado con una major detrás, y le honra no vivir de rentas pero siendo justos fue todo muy descafeinado. Como hemos comentado antes iba consumiendo la vibra. Nosotros que no nos percatamos del suceso en directo, sí que escuchábamos comentarios muy descontentos con la música que sonaba.
Los motivos para encaramarse a un escenario así y querer dar "amor" al artista solo lo sabrá esa persona. Da igual si ha sido por el morao, un brote psicótico, un "a que no hay huevos" o que le haya quitado la novia. Ninguno es justificable y mancha la imagen de la música electrónica como cuando alguien no está conforme con lo que escucha y lanza un vaso al escenario. Si no te gusta lo que estás escuchando, tienes otras 7 opciones sin tener que recurrir a la violencia. Y si no, vete. No es tu lugar.
La cultura electrónica se basa en la paz, el amor y el respeto. Y brillan por su ausencia con estos comportamientos. Para gustos, los colores. Se puede ser crítico cuando algo no te hace tilín o no te llena pero dejar una imagen así hace daño a todos y deja en evidencia a un evento que precisamente lo que pretende ofrecer es todo lo contrario.
Aún así, el espectáculo debía continuar y como buen profesional que cobra una morterada, Kalkbrenner acabó su directo, seguramente bien desconcertado. El cambio de sonido fue evidente con Paco Osuna y Cloone. Vuelta al tech-house ramplón con mucho toque latino que fue como agua de mayo para los que soltaban sapos y culebras por lo soporífero que les pareció lo anterior. Dos chispazos de confeti más para darnos cuenta que una retirada a tiempo a veces es una victoria y evitar un caos a la salida.
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