Vonstroke vence y convence en Mondo

El representante más visible del house de San Francisco dejó su buen hacer tras los platos en el club madrileño Mondo. Sonidos con muchos matices y derroche de carisma en cabina, dos ingredientes imprescindibles para una velada de buen clubbing

Hace un año Claude Vonstroke visitaba Madrid, concretamente Goa y su Crystal room, donde ofreció un set para toda una pista llena a rebosar con ganas de saltar, bailar y soltarse la melena. Dio al público lo que este demandaba: diversión pura y dura transformada en beats houseros que rozaban el tech. Sin embargo, en esta ocasión le tocaba visitar un club más pequeño, un jueves noche y con un sonido menos potente del que se ofrece en las cabinas de Fabrik. ¿Qué as en la manga tendría el grandullón de San Francisco?


"If you´re going to Saaaan Fraaaancisco..."

El Mondo, a.k.a sala Stella, reúne las características primordiales de un club. Buena infraestructura, pista pequeñita pero acogedora, aforo que se respeta, gente de todo tipo y condición con una de edad que pasa los veinte años, cabina cercana al público y luz muy tenue en su interior. Entre sus aspectos a mejorar está el poco sonido en algunas partes de la sala, quizá es el precio a pagar por su ubicación en el mismo centro de la ciudad. Mientras en la calle muchos aficionados del atleti celebraban el pase de su equipo a la final de la Europa League dirigiéndose a la fuente de Neptuno, otros nos dirigíamos al Mondo con los dedos cruzados para que no hubiera mucha masificación en la puerta, tal y como nos habían pronosticado diversos relaciones públicas. Sus pronósticos fallaron. Ni colas, ni esperas ni la mitad de aforo a las 2 de la mañana. En cabina los residentes calentando el ambiente mientras iba cogiendo color la cosa. House bailable y juguetón que hacía que poco a poco la gente pasará de las barras a la pista.


Sobre las 3 hizo su presencia en cabina el jefe de Dirtybird records con su copa en la mano. Empezó a saludar a los pocos que sabíamos quién era y al cabo de 20 minutos comenzó su discurso musical. Discurso que se convirtió en un mitin, sentando cátedra a la hora de elaborar un sonido propio y reconocible que bebe de distintas fuentes musicales. Sin ningún rubor allí se entremezclaban dosis de funk, sinuosas voces y reminiscencias de hip-hop, a la vez que sonaba un groove de cadencia pesada, emocional y primario. House que por momentos era dinámico, por momentos minimalista pero siempre con el denominador común de hacer mover a la pista. A esto había que sumar unos bajos profundos que envolvían al personal. Concentrado al 100% en su selección musical a los mandos de los CDJ y en una ecualización perfecta (ni un solo fallo en cuanto a técnica), Vonstroke miraba al público y sus reacciones con una sonrisa sabedora de que la ejecución de su set estaba siendo perfecta. La gente respondía con euforia a cada beat, a cada parón y a cada melodía. Y el orondo barbudo se ruborizada cada vez que alguien se acercaba a la cabina a jalearle pero siempre estaba dispuesto y atento con los asistentes.


"Claude, tech-funk, Mondo"

En su recta final comenzó a pinchar sus pelotazos más reconocibles: el actual Vocal chords y el clásico Who´s afraid of Detroit?, con el que el éxtasis colectivo llegó al instante. Mientras la oscuridad del Mondo iba desapareciendo se acercaba el final de más de 2 horas de baile y buena música. Cuando acabó el último tema se produjo una ovación al artista al que se le reclamaba un último tema que no llegó por exigencias de la dirección y horario de cierre. En la puerta el bueno de Claude se mostró accesible con todo el que se le acercaba. Y sí, nos reveló que volverá por nuestras tierras dentro de poco a una Goa. Todos felices, el dj, el clubber y el colchonero.



"Vonstroke en acción"

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Fotos: Archivo

Video: Youtube, ferasmo




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