Si algo distingue a la música electrónica como género propio, alejado de los cánones más tradicionales, es la ruptura de la armonía y melodía en beneficio del ritmo y la textura del sonido. Desde Kraftwerk este axioma ha permanecido inalterable durante todo el Siglo XX.
Sin embargo, a mediados del nuevo milenio, muchos dj´s y productores destacados de la escena techno y gracias a las nuevas tecnologías comenzaron a efectuar lives act, es decir música realizada en el momento uniendo sonidos en vivo al track desde controladoras y ordenadores. Lo que sería editar un tema original que suena en directo. Puro trabajo de producción. Quizá sea una nueva forma de ofrecer algo nuevo y con sello propio al público o reivindicar la figura musical del artista electrónico dentro del gremio de músicos más académicos. El caso es que el siguiente paso es convertir lo sintético en orgánico, invertir los conceptos con los que nació la música electrónica. Y qué mejor forma de demostrarlo que realizarlo con bandas, o mejor aún con orquestas sinfónicas.
El primero que da un paso adelante en este sentido fue Jeff Mills. En Julio de 2005 unió sus fuerzas con la Orquesta de Montpellier para dar un concierto único al aire libre a los pies del Puente de Gard, en el sureste francés. El repertorio de The Wizard fue arreglado sinfonicamente por Thomas Roussel y la conducción de la orquesta corrió a cargo de Alain Altinoglu. A través de la música de conservatorio se difundía el sonido Detroit, ver para creer.
Sin movernos de “la ciudad del motor” entra en escena Carl Craig, que sin duda ha sido el que más ha apostado por está fusión. En 2008 repite la jugada de su compatriota Mills y actúa con la orquesta francesa Les Siècles, acompañado por el pianista Francesco Tristano. El americano volvió a llevar esta idea a Roma con su banda Innerzone Orquestra.
"El director con más groovy del conservatorio"
En ese mismo año une esfuerzos con Moritz Von Oswald, berlinés pionero del dub-techno, y comienzan a lanzar sus particulares versiones electrónicas de piezas clásicas en la serie Re-Composed. Una propuesta del mítico sello alemán Deutsche Grammophon. La colaboración deja tan buen sabor de boca que actualmente ambos, junto con Tristano, siguen realizando actuaciones con orquestas sinfónicas donde se conjuga a la perfección la música clásica el techno y el jazz.
Hablando de jazz y de techno otro pez gordo que une sin problemas ambos mundos, es el francés Laurent Garnier. Su figura va más allá de un dj o productor de electrónica. Él es un músico con todas las letras que absorbe todo tipo de influencias. El que fuera dj predilecto de la mítica Hacienda en el “MaDchester” de finales de los 80 principios de los 90, tiene su propio libro (Electroshock), su propio programa de radio (“It IS What It Is”) y y además se atreve a subir con 5 músicos ofreciendo un live cargado de energía en La Salle Pleyel de Paris, en marzo de este 2010. El evento fue tal, que fue grabado integramente y retransmitido por la cadena Arte.
"Un genio en acción"
Hasta ahora sólo se ha hablado de sonidos que se acercan al techno pero el trance ha sido otro género que ha visto como ha tenido representación en el mundo de la música clásica. El trance tiene la característica de ser más melódico por lo cual es más proclive a poder ser interpretado de manera sinfónica. Paul Van Dyk y el director de orquesta filarmónica Paavo Järvi versionaron los temas más carismáticos del primero. El proyecto llevaba por nombre Music Discovery: The Planets reloaded. Un único concierto dado en Frankfurt en febrero de 2009 donde sonaron todos los éxitos del alemán más trancero del mundo como el inmortal "For an Angel".
"Montaje espectacular"
Y cómo no, Armin Van Buuren el considerado el mejor dj del mundo por los tranceros más recalcitrantes (Tiësto perdió ese privilegio hace unos años), también puso una orquesta en su vida el pasado marzo. De la mano del norteaméricano Tom Trapp, La Noord Nederlands Orchestra versionó los temas del tulipán en dos conciertos celebrados en Leeuwarden y Groeningen.
"Armin, aún más melódico"
Esta forma más seria y académica de interpretar la música electrónica es una buena manera de acercar esa música, que para muchos es machacona, a quien no suele pisar pistas de baile.
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