Coconut, oasis electrónico en Valencia

Crónica de la visita de Simón García y Phil Hartnoll a la terraza KM 10

Lo asumo, estoy en un retiro voluntario del mundo electrónico. Este año, salvo Sónar, he tenido cero festivales a cubrir por decisión propia. Necesito relax. Pero estar situado en el paraíso de la pachanga -intentando esquivar a personajes de reality show que abogan por un chonismo ilustrado- afecta, y mucho. Por eso, cuando el bueno de Simón García me dijo que iba a pasar unos días por el Levante español incluyendo un set en Coconut (Terraza KM 10) no me lo pensé dos veces. ¡Por fin algo de buena música electrónica!


Nunca había estado en lo que era el antiguo Buddha del Sol. Una terraza con piscina (no solo ornamental) con tres pistas diferentes. Coconut es la apuesta de tres promotoras valencianas como Lalupa, Miniclub y La3 para intentar traer buenos artistas electrónicos en el mes de agosto. La noche estaba destinada a Simón García pero a última hora se sumó un invitado de excepción: Phil Hartnoll desde la formación Orbital.

A los platos estaba el residente Jorge Gregori dando color al ambiente. Haciendo un warm-up de manual. Calentando la pista poco a poco. Algo de disco por aquí, algo más deep por allá. La gente entra y quiere baile pues a poner algo más contundente y para cerrar un hitazo como el Feelin´de los franceses dOP. Salió en el 23 de julio y es un pepino. El terreno estaba abonado para el primero de los invitados.

"Jorge Gregori calentando la pista"

Simón García tomó el relevo y -con una pista algo más concurrida de un público heterogéneo- sacó la artillería pesada a base de un sonido que lindaba con un house profundo pero al mismo tiempo bastísimo. Envolvente pero cargado de un groove atronador. Con toques technier en su recta final, mientras Hartnoll preparaba su equipo, no concedió ni un minuto de respiro al respetable. Perro viejo este García que supo ofrecer lo que la gente necesitaba porque allí ni un alma paraba quieto.

"Simón García concentrado en hacer que te duelan las piernas"

Y en esas llegó uno de los componentes de Orbital para comenzar su set a base de warping desde su Ableton Live. Y empezó con Halcyon On + On entremezclado con el Livin on a prayer de Bon Jovi. Como si estuviéramos en los albores de los 2000. Uno que es muy mitómano pues le encantó, aunque pensándolo fríamente no deja de ser un recurso muy facilón para meterse al público en el bolsillo de buenas a primeras. Conmigo lo consiguió en un primer momento. Luego se puso más duro a base de un techno-minimal más germánico que británico para más tarde dar rienda suelta a su imaginario electroide. Un pastiche sonoro muy lícito para un festival pero algunos nos encogíamos de hombros esperando qué será lo próximo. ¿Acid-House? En efecto. No me considero un purista pero algo de criterio siempre es bien recibido. A la gente tampoco le importaba mucho que diera esos bandazos, todos bailaban y botaban -algunas dentro de cabina junto a Papa Sven Phil- más por la leyenda del nombre que por la música en sí, que ¡ojo! en ningún momento fue mala solo que su desarrollo a mi me descuadró un poco.

"Mereció la pena ver cómo el creador de Halcyon On+On lo pinche: Definitivamente, ¡sí!"

A falta de una hora del cierre fue momento de recoger el chiringuito tras este pequeño oasis electrónico en el desierto duro y seco de Paquirrines que es esta zona al sur de Valencia. Y digo yo ¿ningún promotor de la zona le echará huevos a montar un sitio con encanto y buena música electrónica para gente adulta? El primero que lo haga se llevaría la palma. Sería único en su especie.

P.D: Hay vídeos de esta fiesta que se subirán dentro de una semana para completar, aún más, la crónica.

Comentarios

Alberto F. ha dicho que…
Buena noche la del sabado, con una buena compañia y una musica no menos que muy agradable, la cual hacia que no parara de bailar en toda la noche,una fiesta altamente recomendable, y decir que el señor Simon Garcia hizo lo que sabe hacer, levantar a la gente en el momento exacto para no dejar de bailar, se merece un 10 este hombre, un saludo