La primera de las Seven Series de Víctor Santana

Con remezclas de Orlando Voorn y Terrence Dixon


En los últimos años Víctor Santana ha estado, y está, concentrado en su proyecto con la banda que combina la música techno emanada de sus mil y una máquinas analógicas con la música realizada con instrumentos clásicos. Pero hay más vida, technoide por supuesto, más allá de su querida banda, y eso es lo que lo se demuestra en el último lanzamiento de Chaval Records, que hoy mismo se pone a la venta. Se trata de la primera entrega de las Seven Series - un nombre que es un pequeño tributo al Seven Storms de Drexciya- donde el madrileño publicará producciones originales en solitario con las remezclas de reputados productores de techno internacional que eclosionaron en los 90. Para esta primera tanda cuenta con el holandés Orlando Voorn y con el americano Terrence Dixon.




El primer corte es Red Seven (sí, el vinilo será en color rojo) y Santana se mueve como pez en el agua con un techno vigoroso donde la melodía tiene gran protagonismo. No es el tema zapatillero que haría el de Chaval Records desatado pensando en destruir cuerpos en un cierre a las tantas de la mañana. Tiene un lado cálido, emocional y épico la mar de disfrutable. Es una evolución bien patente en sus tracks en solitario. Terrence Dixon lo remezcla despojándolo de muchos elementos identificables. Más dub y menos grandilocuente. De himno a tema de transición. Cuidada producción que sirve como elemento descompresor de una pista de baile. 

Cuando escuché por primera vez el otro track original de Santana, llamado Helmántica, lo primero que me vino a la mente fue Deetron. De hecho yo lo llamo el "deetronazo". El uso de ese bassline hipnótico y oscuro es una garantía de éxito. Un latigazo de los que dejan marca. Derrocha fuerza y carisma dejando que el resto de elementos sean secundarios, cuando no lo son. Al igual que en el anterior caso, aunque aquí más marcado, la remezcla de Orlando Voorn se aleja por completo del enfoque pistero original. El holandés tira descaradamente de dub techno conviertiendo su trabajo en el tema más lineal y cerebral del paquete. Quizá también sea el más soso por el cambio de tercio inesperado, centrándose en el ritmo casi en exclusiva. Sorprende que este registro venga de Voorn (de hecho yo pensaba que era la remezcla de Dixon), un hombre al que le encanta trabajar con melodías.

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