Over Drive, la bestia sigue viva

Por Víctor Prieto


Over Drive dio comienzo a su leyenda allá por septiembre de 1993 en la antigua sala Nacional situada en el Paseo de Extremadura y cerró a finales de 1994 pero durante este breve período su propuesta supuso un cambio radical en lo que respecta a la incipiente escena electrónica de aquel entonces, por su cabina pasaron grandes djs que en algunos casos se han convertido en auténticos tótems dentro y fuera de nuestras fronteras. Nombres como Oscar Mulero, Yke, Tobías, Abel Ramos o Canito entre otros formaron parte de su elenco de residentes caracterizando su música por sonidos en los que predominaban estilos provenientes de Alemania o Bélgica como el acid techno o el hardcore, todo ello bajo la dirección de Ricky, su alma máter y que hoy en día sigue manteniendo lo que se define como espíritu Over Drive en sus reuniones de fieles con la misma energía que caracterizó al proyecto original, de ahí su gran acogida. Y es que esta fiesta es de las pocas de temática retro (mal llamado remember) que saben recoger la verdadera esencia de lo que fue la época (o sala en este caso) que pretenden homenajear. Así que sin más dilación vayamos al grano y veamos lo que aconteció en la sala Groove de Pinto el pasado sábado 22 de noviembre.


Para esta ocasión nos presentaron un line up en el que destacaba la visita de los británicos Union Jack, mítica formación compuesta actualmente por Simon Berry (o lo que es lo mismo Art of Trance y fundador del sello Platipus Records) y Paul Brogden, autores de himnos del sonido trance como 'Red Herring' o 'Two Full Moons On A Trout'. Junto a ellos, los habituales Abel Ramos, Wavesound, MasterBonZ y la vuelta de Canito, completando un cartel de lujo. A las luces como siempre, Pájaro, LJ original de Over Drive.

Tras acceder a la sala alrededor de las 00h (acceso muy rápido, la organización estuvo de diez) nos encontramos en cabina a Wavesound y tal y como hizo el año anterior, un set de apertura a la vieja usanza a base de ambient noventero y ritmos a bajos bpms. Sólo al final de su set comenzó a pinchar material más bailable en vista de la demanda del público que ya comenzaba a llenar la pista pero a medio gas aún. Un warm-up como está mandado y es que la experiencia es un grado a la hora de ejecutar este tipo de sesiones. A continuación pasamos al primer plato fuerte de la noche, el directo de Union Jack, los cuales estuvieron a la altura de lo que su curriculum representa. Trance volador e hipnótico "made in Platipus". 'Cactus', 'Red Herring', 'There Will Be No Armageddon' o 'Cockroach' fueron algunos de los temas que tocaron Brogden y Berry. Para terminar y cuando ya pensábamos que no lo íbamos a escuchar, 'Two Full Moons On A Trout'. Y todos con una sonrisa de oreja a oreja, preparándonos para la destrucción a la que nos iba a someter Canito. A todo esto la pista ya estaba en plena efervescencia.  Público en su mayoría veterano, lo cual es de agradecer en este tipo de eventos.


Como ya hemos mencionado antes, Union Jack dieron paso a Canito y comenzó la violencia, musicalmente hablando. Un set magistral con poco material "requemado" en el que pudimos escuchar clasicazos como 'Hypno' de Lady Chatterley, 'Here´s Johnny' de Hocus Pocus, 'Our Reservation' de Desperation (también conocido como los indios), 'The Wave' de Belgica Wave Party o 'The Place To Be' de la formación RMB (los famosos elefantes), todo ello complementado con una bocina como hacía antiguamente en sus sesiones en Over Drive o Now. Resultado: una pista literalmente patas arriba. Su set se hizo muy corto y es que en nuestra opinión fue el mejor de la noche. 

"Canito"

Tras Canito, le llegó el turno a Abel Ramos que en esta ocasión no hizo el cierre como habitualmente. Después de su actuación del año pasado en la que dejó caer algún disco que poco tenía que ver con Over Drive, hay que decir que esperábamos su set con algo de recelo, pero esta vez aseguramos que estuvo a la altura con creces sin abusar en exceso de discos machacados (los hubo, obviamente, pero en menor medida que otros años) y técnicamente impecable con mezclas al corte y algunos adornos marca de la casa. 'Sospiria' de Dj Kappa y Claudio Cerutto, 'First Rebirth' de Jones & Stephenson, 'Mind Penetration' de Dreamland, 'Ritmo Dell' Diavolo' de la formación Control DC, 'Subway' de V-Tracks etc. fueron algunos de los discos que escuchamos en su sesión. Como colofón su clásico cierre 'Play Da Same Ol' Song' de Nasty Django (el tema de la armónica para los amigos). Hard trance y hardcore por bandera y un buen sabor de boca para dar paso al último dj de la noche, Clemente AKA MasterBonZ.

"Master Bon-Z"

En las dos anteriores ediciones, se puede afirmar que Clemente dio un repaso musicalmente al resto de djs que compartieron cartel con él, por lo que a más de uno se le pusieron los dientes largos cuando descubrió que era el encargado de hacer el cierre. Comenzó su set con claros guiños a la época de New World (otra mítica sala de la capital) y a la primera época de Over Drive, bajando el pitch considerablemente respecto a Abel, algo lógico por otra parte, y aunque al principio dio la sensación de que la pista se enfriaba un poco, sólo fue una ilusión óptica. Al poco rato tenía al público en el bolsillo con joyas como 'Bright Light' de Charging Robot, 'Heaven´s Tears' de Cosmic Baby, 'Omnibus' de Time to Time o la espléndida remezcla de Paul Van Dyk a Effective Force y su 'Illuminate the Planet'. Su set se caracterizó como en otros años por apostar por discos más rebuscados, lo cual es de agradecer. Como cierre eligió uno de esos temas que definen a la perfección lo que era Over Drive: 'The Meltdown' de Lunatic Asylum, disco oscuro y hardcoriano como no podía ser de otra manera para poner el broche a una fiesta en la que la verdadera esencia de los noventa estuvo muy presente, con un público absolutamente entregado y sin ningún tipo de "postureo" y otros males de los años que corren. Sólo baile y disfrute sin más. 

A destacar la maestría habitual de Pájaro en el manejo del láser lo cual contribuyó a crear esa atmósfera que muchos viejos lobos echamos de menos en las salas de hoy en día. Todo con un sonido limpio y potente. Ya esperamos con impaciencia la próxima edición.

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