Dualidad, atrevimiento y consolidación de BLANK

Una noche con las dos caras de Madteo y el magnífico directo de Pedro Vian


La segunda cita de BLANK el pasado viernes tenía una sombra alargada debido al desmesurado y sorpresivo éxito de una primera fiesta que rompió cualquier pronóstico con una Sala Siroco rindiendo casi al 100% desde primera hora de la noche. ¿Repetirían éxito en su segunda intentona? Presumiblemente sí, ya que un cartel compuesto por Madteo cargado con sus dos maletas repletas de vinilos y el directo de Pedro Vian auguraba una noche diferente por música, con un ascendente más Housero que Technero, pero con las mismas ganas de ofrecer actuaciones de artistas punteros que no se prodigan mucho por estos lares.


La noche tuvo tres tramos bien distintos. El primero fue un dj set de Madteo a modo de calentamiento. Uno de los grandes aciertos de BLANK a nivel conceptual es que un artista que es el cabeza de cartel, tiene tiempo para poner unos discos a primera hora para descubrir de qué pasta están hechos a la hora de calentar una pista de baile. El italiano residente en Brooklyn desde hace más de diez años dio una lección a los pocos que allí nos reunimos en los primeros compases de la noche. Mucho Hip-Hop de sinuosos beats que parecía sacado directamente del ghetto. Poco a poco comenzó a buscar un bombo 4x4 a bajas revoluciones navegando en aguas Funk, Disco y Slow-House mientras había un goteo continuo de asistentes. Con música ecléctica y colorista, la sala iba cogiendo color esperando el directo del barcelonés Pedro Vian que ya tenía todas sus herramientas dispuestas en el escenario de Siroco.


Madteo dio paso a Vian con un tema con ramalazos folk americano y el 50% de Aster arrancó con la primera capa atmosférica para deleite de las primeras filas y cara de circunstancias para aquellos/as con menos distancia de la barra. Para hablar de Pedro Vian hay que mencionar a su sello Modern Obscure Music, que propone una música a medio camino entre la experimentación y la música de club. Y precisamente, por ser fiel a esa filosofía, su filosofía, solo quien conocía el trabajo previo del catalán le pillaron el punto desde el principio. Quizá su directo, por concepto, tenga más cabida en un ámbito más diurno que nocturno pero no se le puede negar su arrojo en el escenario y su inteligencia al ofrecer pura progresión con una lógica aplastante. El artista estuvo en constante interacción con sus máquinas con una música caleidoscópica. Cuando pasó su tramo más mental y a sus hipnóticas melodías les agregó un bombo fuerte, seco y con alma ravera, el discurso caló en la totalidad de los presentes. De los que disfrutaron de su paisaje sonoro desde la primera estación hasta los que hicieron transbordo en su parte más fiestera y desenfadada.


Al final del dinámico live del jefe de MoM, la sala prácticamente estaba llena a falta de habilitar el escenario donde actuó como una parte más de la pista de baile. Madteo, con un público ya completamente entregado, tenía la misión de dejar toda la carne en el asador y poner de relieve la buena fama que le precedía como artista underground de un House al alcance de pocos. La primera en la frente, porque comenzó con un tema jazz muy bueno pero fuera de tono según como estaban las cosas. Solo se explica que lo pinchara a modo de interludio o que se quedó con las ganas de ponerlo una hora y media antes. Tampoco se esmeró mucho en mezclarlo con su siguiente vinilo con el que ya se metió en faena de lo que se esperaba de él.

Pero como ocurre con algunos futbolistas le costó encontrar el punto y lugar en el campo tras un espléndido calentamiento. Parecía mucho más cómodo cuando pinchó para unos pocos que para una sala, ya sí, llena hasta la bandera. Cuando intentaba hacer mezclas largas, con una técnica en la corrección que se basaba en manipular más el pitch que tocar el estroboscopio del plato, hacía bastante evidente varias de sus imprecisiones. Tras una media hora que a uno dejó algo descolocado, se fue entonando según pasaban los minutos. Y gracias a su tremenda selección, aquí no hay que ponerle ningún pero, remontó el vuelo para regocijo del clubber de ganas de baile y del que suscribe, justificando su fama de gran selector.


Esta segunda edición de BLANK ha supuesto una consolidación de su cuidada propuesta. La siguiente será en julio si nos atenemos a su naturaleza trimestral o bien en septiembre. Esperamos impacientes por quién apostarán en su próxima aventura.

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