Bailes, sueños y realidades en Fabrik

Por Armando Gallego aka Blac


Cualquier excusa es buena para el clubber si se trata de calzarse las zapatillas de bailar y reventar la pista, buscamos la fiesta o sala que más nos convenga para así poder practicar el noble arte del baile. Si algo sobraba el pasado domingo en la sala Fabrik eran los motivos para visitarla: víspera del puente de la Inmaculada en Madrid, evento dominical con un horario prácticamente diurno del que tanto nos acordamos los madrileños, nueva visita de Maceo Plex a la capital con su fiesta Dream Don’t Sleep bajo el brazo, el competitivo precio de 15€ en la entrada anticipada o un poderoso cartel donde aparecían nombres como: Agoria, Deetron, DJ Koze, Gabriel Ananda, Scuba, Anthony Rother, Gregor Tresher o Adriatique. Un evento digno de ser bailado, un guateque que yo no me perdería. Hice bien en acudir temprano, la fiesta comenzaba a las cinco de la tarde y a eso de las seis y pico había una cola que podía competir perfectamente con la de la famosa inauguración del Primark de Gran Vía. Algo me decía que no era el único clubber que no se perdería esta cita.


Tras un par de tiritonas e insultos al frío, entro a la sala; visita al ropero y directo a la sala Satélite para entrar en calor con los primeros bailes de la tarde. El argentino Shall Ocin ya estaba tras los platos, este residente en Barcelona es uno de los miembros más destacados, y prometedores, de la crew de Ellum Audio (el sello de Maceo Plex). Éramos un grupo selecto y reducido –diría que ocupábamos hasta mitad de pista– que no paró de bailar el buen set de Shall Ocin, no defraudó. Buena selección musical de un Techno poco agitador perfecto para el momento que era, demostrando técnica en las mezclas –apenas un par de correcciones–. Momento de puños arriba con esa gran remezcla conjunta, entre Maceo y él, al ‘Powers Of Ten’ de Stephan Bodzin. El turno de DJ Koze llegaba en la sala principal, así que me fui con un buen sabor de boca aun sin poder bailar el cierre de Ocin. Mis respetos para él.


Muy poco me duró ese buen sabor de boca porque, nada más poner el pie en la Main Room, escuchaba los primeros compases de ‘Goliath’; un tema de Gregor Tresher que vio oportuno usarlo para el cierre de su set, un tema que me trae de cabeza desde el primer día que lo escuché. No me gusta, lo detesto. Lo podría calificar con las siguientes palabras: morralla de la buena. Una basura de proporciones bíblicas que el gran John Digweed le pareció conveniente editarlo en su sello Bedrock Records (qué alguien le dé un abrazo, por favor), estamos hablando de un tema que suena a guasa, ni el pad épico que lleva salva lo deficiente que es el resultado de esta “masterpiece”. Mientras esperaba ansioso el fin de esa tortura llamada ‘Goliath’, vi como a un chaval –de estos con mucho swag, que visten con pitillos arremangados y camisetas más largas que un día sin pan– le birlaban la copa mientras se marcaba unos bailes dignos de aftermovie festivalero, de concurso televisivo. Y es que bailar así de guay tiene sus consecuencias. Cuando fue a recoger su copa de donde la había dejado para poder bailar, tiró de orgullo y cogió otra que aún conservaba el agüilla de los hielos. Dignidad.

Por suerte para mí, y no la del chaval del swag, el mal trago de Tresher duró muy poco, el señor Koze ya mezclaba su primer tema provocando el delirio del personal; ese tema era su gran remezcla al mítico tema de Moderat llamado ‘Bad Kingdom’, ¡brazos en alto! Muy notable la actuación de DJ Koze, hubo de todo. Ofreció una gran selección musical que supo llevar a su terreno ya que, tras Tresher, la pista se había habituado al ritmo del Techno. Con temas como la remezcla de Tale Of Us al ‘Gosh’ de Jamie XX y la remezcla de James Holden al ‘Safari’ de André Kraml, consiguió enganchar con la pista para después jugar con ella. El House iría cogiendo protagonismo, siempre con el punto pistero, con bombos pronunciados del Deep-House americano más alguna que otra vocal que los adornaba. Gran mezcla en los compases finales con la voz de Paris Grey en el legendario ‘Good Life’ de Inner City. Ningún pero se le puede poner al set que ofreció, muy acorde con el momento y la situación de la fiesta. Koze nos hizo recordar aquellas tardes gloriosas de domingo en esta misma sala.



Buscando una barra despejada para hidratarme, acabé nuevamente en la sala Satélite para ver el cierre de Gabriel Ananda con su clásico tema ‘Doppelwhipper’, el cual la gente sigue bailando alegremente. Vuelta a la Main porque Scuba empezaba su set con el cuchillo entre los dientes, bombo y jolgorio generalizado. Paul Rose, el nombre tras Scuba, no se complicó absolutamente nada. Desarrollo y mezclas previsibles en su primera media hora, se me hizo monótono y, a ratos, aburrido. Así que decidí ver un poco a Anthony Rother. Eso sí, los bailes con el temazo ‘Black On Black (Len Faki Goes Black Remix)’ del propio Scuba, no me los quita nadie.

Sentado y saboreando mi copa, observo como el paso del tiempo ha provocado lo que se viene comentando: el momento de Anthony Rother ya pasó. Aburrido es poco, menos mal que me pilló sentado. Lo mejor del rato que estuve viéndole fue esa señora que bailaba encima de los sofás como si estuviese en el Bar Coyote, digo señora porque los 40 ya no los cumple. Hasta en dos ocasiones, Anthony Rother, tuvo que gesticular para alentar al público, es lo que tiene si mezclas los temas cada ocho minutos. Monotonía espesa con los muchos temas que sonaron de su LP Verbalizer.

Vuelta a la principal para cerrar la fiesta, Scuba ya iba terminando y Agoria ya se dejaba ver por la cabina. Va a ser cierto eso de que Scuba está 100% centrado en el Techno y pasa del Dubstep británico, una pena. La diferencia en la actitud de la pista con Koze y con Scuba era notoria, el clima festivo desapareció, no era el único que se aburría con el de inglés. Me llevé una decepción, ¿una mala noche?


Pero los lamentos duraron poco porque Agoria se encargó de ello. La Main estaba prácticamente llena sin parecerlo y, tras el comienzo arrollador del francés, la cosa cambió. Agoria ofreció un House bastante contundente que todo el mundo compraba, en cosa de 20 minutos la fiesta había cambiado. Discurso musical con mucho rollo y dando en clavo, megatrón y confeti para todos. Hubo momentos para el Techno con su hit ‘Hélice’ y para la nostalgia con el clásico ‘Domino’ de Oxia. Mucho dinamismo en su set donde supo poner de todo en los momentos indicamos, conquistó y sorprendió. No faltó su toque personal con ‘Scala’, un tema que sigue sonando tremendamente bien. La pega que se le puede poner a su actuación, es el abuso de los efectos, la combinación: filtro + reverb + delay –una persona se queda sorda cada vez que un DJ utiliza esa cadena de efectos–. Su último trabajo en hasta la fecha, ‘Independence’, fue el cierre del set y la transición perfecta para dar paso al padrino del evento, el encargado de cerrar la fiesta, Maceo Plex.


Aplausos para despedir a Agoria y para recibir a Maceo, el actualmente considerado segundo mejor Dj del mundo por detrás de Dixon. Gran productor el americano, actualmente demuestra una gran forma en todas las facetas de su profesión; un auténtico top. El reloj marcaba más allá de la una de la madrugada, el comienzo melódico vaticinaba jaleo y la pantalla gigante de LED del fondo de la sala rezaba: Dream Don’t Sleep. Desconozco si Eric Estornel, el verdadero nombre tras Maceo Plex, sueña despierto. Yo necesito dormir para soñar, sobre todo si al día siguiente me toca trabajar. Retirada y hasta la próxima.

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