Migration, perfeccionando la fórmula y ampliando las miras

Repasamos el sexto álbum de Bonobo

Aún no nos hemos recuperado del empacho de álbums que nos ha dejado la cosecha de 2016 y en menos de un mes del nuevo año ya tenemos dos discos con los suficientes bemoles para tenerlos muy en cuenta en diciembre. Uno es I See You de The xx y el otro es Migration de Bonobo. Vamos a meter mano al que es el sexto álbum de Simon Green que se publicó hace quince a través de Ninja Tune y que ha conquistado los oídos de la mayor parte de la crítica y el público. El mejor ejemplo de ello es acudir a diversas reseñas en diferentes medios especializados o ver como en España, un artista no tan conocido como podrían ser unos Moderat, ya ha colgado el cartel de sold out en sus conciertos en la barcelonesa Razzmatazz el 15 de marzo y un día después en la madrileña Sala La Riviera. Migration está dirigido a calar hasta el tuétano tanto al fan como al neófito.


Con todo eso hay que partir de una premisa fundamental en el sonido de Bonobo: Migration no es, ni por asomo, la obra maestra del artista. Su disco más representativo y que forja su personalidad a fuego siempre será Black Sands con el cual, sin perder sus raíces Hip Hop y con una clara influencia Jazz, consiguió firmar una electrónica orgánica y seductora recurriendo a una serie de señas de identidad que no ha perdido desde entonces: recurrir a instrumentalistas y vocalistas. Una vez conseguida la fórmula mágica para hacer un sonido reconocible su siguiente paso fue moldear un estilo hacía otros parajes más movidos y, porqué no decirlo, más accesibles a la masa y no quedarse en un productor solo apreciado por los oídos más sibaritas. El alegre North Borders supuso una evolución hacia algo más vendible quedándose en tierra de nadie por una cuestión de mera indefinición ya que no salía abiertamente de la cueva, pero Migration es la obra que completa su salto global definitivo para conquistar al mayor número de oyentes posible. Y ahí está el principal escollo que encuentran los que más tibios les ha dejado el LP: sí, suena a Bonobo, y en ese sentido no se traiciona a sí mismo; pero no resulta original para alguien versado en pistas y con más salidas nocturnas que el camión de la basura.

No se puede negar la mayor porque riesgo como tal no existe en demasía salvo un puñado de cortes que demuestran la genialidad del británico. Una de estas canciones es 'Migration' (que nace de un algoritmo programado por el mismo Bonobo para hacer unas armonías aleatorias mientras que Jon Hopkins estaba al piano) y la otra la excelsa y melancólica 'Break Apart' que cuenta con la voz de Rhye y que embauca desde el primer compás.


Pero lo que tampoco se puede pasar por alto es que aunque el álbum opta por caminos más genéricos en sus tramos más bailables, su ejecución es precisa, preciosa y concisa. Conceptualmente seguro que puede dar más de sí pero el sonido con lo que nos lo presenta está tan logrado y suena tan bien que no me importa quedarme solo con el envoltorio como pueda ser la canción 'No Reason' que cuenta con la voz de Nick Murphy (antes conocido como Chet Faker). Un pastel en toda regla, ¿pero y lo bien que sabe?. Green y Murphy nos ponen una pantera rosa en la boca y nos la comemos encantados de la vida.


Antes he mencionado la palabra melancolía y es que Migration tiene un perfil muy lacónico por al situación personal del propio artista tras su mudanza de Inglaterra a Los Angeles, sus constantes viajes, y, sobretodo, por una pérdida de una persona muy cercana al artista. Esto último es un manto que se percibe en producciones como la profunda 'Grains', la nostálgica 'Surface' y de forma muy evidente con la solemne 'Second Sun'. También nos podemos parar en una intensa pieza downtempo como 'Ontario' o el etéreo track denominado 'Figures' con el que cierre el disco para comprobar que el Simon Green de siempre sigue presente.


Pero donde está el gran giro de timón de Bonobo en este LP es en su insistencia en ser algo más que un disco para ser escuchado. Aquí también se baila y la vitalidad la plasma en cortes pensados para el Dj y la pista en forma de Techno y House melódico en una tradición alemana con una clara inspiración del sonido de Colonia. La hipnótica 'Outlier', la africana y exótica 'Bambro Koyo Ganda' con la voz de Innov Gnawa, la celestial '7th Heavens', el toque bass en 'Kerala' o la mencionada 'No Reason' forman un núcleo duro que define las intenciones de ir más allá de un artista de culto. Que presentara estos cortes en sus bolos como Dj antes de la publicación de Migration es un indicativo de sus intenciones de acercase sin pudor al clubber irreducto.


Por lo tanto tenemos una paleta sonora variada compiendo una obra incontestable. El británico perfila su fórmula y de forma, a mi modo de ver, brillante amplia las miras hacia otros públicos sin perder su esencia pero cercenando su frescura. La prueba del algodón la tendrá el próximo 16 de marzo en Madrid con una actuación doble, primero en forma de concierto en La Riviera y por la noche como Dj Set en Mondo Disko, ahí podremos comprobar si su apuesta funciona en ambos niveles.



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