¿Drumcode recurre a ghost producers?

Así lo ha revelado Barker en Twitter con la consiguiente negativa de Adam Beyer



La bomba ha saltado en Twitter cuando la dj australiana afincada en Berlín Claire Morgan lanzaba la clásica pregunta al aire que nadie suele responder: "¿Por qué la gente se queja perpetuamente sobre los DJ que usan ghost producers, pero nadie los nombra realmente? ¿Por qué están siendo protegidos? ¿Qué tal si en lugar de quejarse, se es valiente y nombrar nombres?. Personalmente, soy un gran admiradora de la transparencia y la integridad." La sorpresa ha sido la respuesta de Sam Barker, productor que forma el 50% de Barker & Baumecker y que este mismo año ha editado Utility en Ostgut Ton (siendo uno de los discos más aclamados del año por la crítica), contando con toda la naturalidad del mundo que tiene un amigo que es ghost producer y que realiza material para el sello de Drumcode siendo la propia etiqueta sueca quien asigna a sus artistas los tracks realizados por un tercero.



Drumcode es una de las disqueras de techno más populares (y también más criticados por los más puristas por su tendencia en los últimos años hacía sonido cada vez más uniforme y pensado para la masa) creada por Adam Beyer hace 23 años, con tres subsellos a sus espaldas y más de 220 referencias solo en formato físico de su matriz principal. Como es normal propio sueco ha salido al quite contestando a Barker y negando que haya firmado ninguna producción hecha por un ghost producer para su sello.



El dj y productor brasileño Whebba, uno de los artistas más afines a la etiqueta, también ha querido dejar claro que él produce su propia música.



Al final no deja de ser la palabra de uno contra la de otro, sin pruebas. Pero es bien sabido que en la industria proliferan este tipo de actividades, incluso empresas especializadas en ello,  donde terceros son los que realizan el trabajo del artista de turno bien porque éste no tiene conocimientos, no tiene tiempo o no tiene talento para la producción. Son trabajos bien remunerados para pagar facturas y contienen obvias claúsulas de confidencialidad por lo que el silencio es la ley imperante.

La relevancia de esta filtración es que es la primera vez que se dice que es el propio sello quien recurre a un ghost producer y luego reparte sus tracks entre sus artistas afines y a los que quieran publicar e impulsar como imagen de marca. Porque claro, de ser verdad (aunque habría que matizar ese "todos" a los que se refiere el amigo de Barker), estaríamos ante una especie de funcionamiento como la discográfica alemana Hansa Records. O lo que es lo mismo, nos encontraríamos con una factoría de Milli Vanillis en versión techno.

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