Respeto por las raíces

Por Mariana Martínez


Los eventos que se han producido en los Estados Unidos en los últimos días nos han mostrado el racismo y los prejuicios insoportables que han dominado al país por generaciones. Tenemos que contemplar esas imágenes violentas e injustas, ya que a este lado del mundo, Madrid ha comenzado a tomar medidas con su propia serie de manifestaciones. Si queremos hablar sobre igualdad y conciencia, nosotros, como comunidad de música, debemos estar más enfocados en amplificar las voces marginadas, reconociendo las raíces negras de la música electrónica corriente. La música dance nos ha llevado a tener un consumo consciente e inconsciente de la cultura negra, lo que a menudo limita nuestra comprensión de las importantes contribuciones que hicieron estas comunidades excluidas. Debemos tener en cuenta que la mayoría de los DJ exitosos, famosos, y blancos, tienen su carrera mayormente en deuda con la música y cultura afroamericana.

Tomemos a la música house como referencia, por ejemplo. Una figura clave entre el género, Frankie Knuckles era un hombre negro e abrietamente homosexual, que utilizó sus discos como herramienta para unir una variedad de comunidades. Equilibrado con bajos profundos y las melodías eufóricas de la época disco, explotó entre la escena local del público negro, hispano, y gay. Nacido en el lado sur de Chicago el sonido icónico se extendió por varias subculturas, promoviendo la unidad y la creatividad en el espacio electrónico. Curiosamente, el nombre "house" surgió de la residencia de Frankie Knuckles en The Warehouse, un club gay predominantemente negro que aseguraba un espacio de libre expresion para estos hombres. Décadas después, encontramos que esta escena ha llegado a una audiencia global, convirtiéndose en una de los movidas más influyentes en la música electrónica. Vemos los arreglos del house reflejados en los mayores éxitos de hoy, o en su innovación persistente en la escena de la cultura del club underground.

La popularización del estilo ha sido apropiado por multitudes heterosexuales, blancas, y predominantemente europeas. Por ejemplo, artistas conocidos por todos como Daft Punk, David Guetta, o Calvin Harris han sido defendidos por sus contribuciones al género en el ámbito más comercial, cuando en realidad se han aprovechado de la cultura, sin haber llegado a respetar por completo a los innovadores que los precedieron. A su vez, hay otro diálogo para destacar sobre el techno, que también vio sus orígenes entre las minorías negras en Detroit. Incluso hay gente que ha comenzado a crear una demanda de espacios negros entre los clubbers, por ejemplo Rave Reparations, un colectivo recién lanzado en Los Ángeles. La accesibilidad a las pistas de baile para las minorías está limitada por el precio de las entradas o, a menudo, dominado por multitudes blancas y heteronormativas. La música dance de hoy no prioriza la presencia de gente negra o marginadas.

Espero que este artículo sea un punto de partida para mí y para otros individuos de cara a ser más críticos e informados acerca de lo que se trata. La pista de baile está destinada a ser un lugar de unidad y libertad de expresión, libre de juicio. Sin embargo, debemos ser más conscientes de la cultura negra en la música dance y priorizar el acceso y la expresión de este género a las personas que primero encontraron solidaridad en la música. Al brindar reconocimiento a estos temas, también debemos dedicar nuestra energía y esfuerzos para tomar medidas donde podamos.

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