El DJ y productor francés presenta su cuarto álbum, el más personal hasta la fecha, donde retoma su pasión por el house y el disco contando con suculentas colaboraciones
Ya no tenemos que esperar más. En el día de ayer, y coincidiendo con su propio cumpleaños, Folamour publicó Manifesto, un álbum compuesto por un total de 14 producciones en un proyecto que el galo ha estado desarrollando durante los dos últimos años con esmero y mimo. Este trabajo se presenta como el más personal del artista residente en Marsella donde los conceptos como amor y libertad vertebran todo un discurso que se basa principalmente en el house y el disco, sin desechar otros caminos pero que sin lugar a dudas hay una incidencia marcada por mirar la pista de baile.
Esto que parece algo de perogrullo no lo es tanto si tenemos en cuenta de dónde partimos. Su anterior disco, The Journey, se publicó en 2021 y se notó que la pandemia tuvo mucha influencia en el sonido. Folamour siempre ha tenido una paleta sonora muy variada donde intercala lo más bailable con momentos mucho más calmados. En aquél álbum que era bastante más reflexivo y contenía más de lo segundo que de lo primero. Manifesto es un aquelarre pensado para disfrutarlo y bailarlo. Es un abrazo al house y todas sus variantes aunque no pierde de vista buscar respiros de esencia más urbana e incluso soul y jazz. De hecho, puede que sea un disco que mejor radiografía su figura como artista y lo que podemos esperar de él, además de dejar entrever su personalidad con su buen rollo característico por delante.
En ese sentido, este cuarto LP funciona muy bien. Como un reloj suizo que a pesar de sus 14 cortes no se hace pesado en ningún momento por la variedad implicita que configura un artista que busca ir más allá de lo evidente y facilón. A eso ayuda la cantidad de colaboradores que han puesto su grano de arena, sobre todo en el aspecto vocal. De esta manera encontramos nombres como Baccus, Amadou & Mariam, Jungle By Night, Khazali, Emmanuel Jal y Tim Ayre. Todos ellos le dan otra dimensión a los tracks de un Folamour en plenitud que también entrega suculentos temas instrumentales plagados de intensidad.
A través del baile encontramos una introspección de marcado carácter vitalista que consiste en celebrar la vida después de una época dura y oscura. Ese matiz algo hedonista queda muy bien representado a lo largo de toda esta obra grabada entre la ciudad del sur de Francia y Ámsterdam. El amor y la libertad son ideas que desarrolla Folamour para profundizar en un espíritu muy humanista. Él cree en el poder del bien de las personas y lo deja más que patente en un disco que nos habla de aceptación y encontrar una paz interior con nosotros mismos disfrutando de nuestra gente alrededor. Un mensaje positivo.
Esta temática enlaza muy bien con el discurso de un artista hacerdor de una música house que aboga por la vertiente más elegante y con el groove más irresistible. En eso es un maestro. A veces puede optar por una vía más melódica como las impresionantes ‘Isla Nostalgia’ o ‘Fearless’ y otras veces apostando por lo vocal como ‘Amore’, ‘Birds’ o ‘Voyage’. Aquí también tenemos incursiones funky como el dinámico ‘Manifesto’, cierto toque urbano como el imprescindible ‘Freedom’ con el que arranca el álbum, un soul arrebatador en ‘Deafened’ demostrando, que sí, que es un artista que nos va a hacer bailar, pero que además tiene diversas aristas musicales por explorar con un sonido que te va a poner una sonrisa en la boca.
Sabe jugar sus cartas a la perfección y te gana por la mano porque entrega un manifiesto de luz y de color, que ya directamente lo representa a través de una porta que es creación del artista español Misterpiro, con el que es muy difícil no empatizar y que te genere un estado de alegría y felicidad. Disco ideal para este verano que está a punto de comenzar a manos de una figura que ya es punto de lanza de la regeneración de la escena house francesa.
Así suena:
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