El DJ y productor madrileño ha publicado World Is a Hostile Place for Good People un tercer álbum en el que vemos el lado más desconocido y profundo del artista
"Tienes que ser un hijo de puta, en este mundo no hay hueco para las buenas personas". Esas palabras me las dijo el que fuera mi profesor de filosofía en Bachillerato cuando, tras ir a recoger mis notas de Selectividad, quise estrecharle la mano y reconocerle su esfuerzo y dedicación por una manera de enseñar que a mi me motivaba a querer seguir aprendiendo más. Nunca sospeché que su manera de mostrar gratitud fuera la de ponerme en alerta ante una sociedad hostil con un consejo que, lo reconozco, no he sabido llevar muy bien a la práctica. Y es que aquella supuesta lección de vida que Don Ramón quiso enseñarme, vaya a saber usted por qué, me ha venido a la mente cuando he descubierto World Is a Hostile Place for Good People, el tercer LP de Ed Is Dead que ha publicado casi de tapadillo.
Salió a través de Bandcamp el pasado mes de diciembre. Sin hacer ruido. Y lo que puede parecer una continuación lógica de Your Last 48 Hours y Global Sickness por esos títulos de existencialismo maldito -sí, hay que reconocer que el bueno de Ed tiene una visión muy de Kierkegaard-; es totalmente lo contrario. Este álbum supone todo un punto y a parte en forma, fondo e intenciones.
Para empezar el álbum está compuesto por un total de 9 producciones que tan solo están numeradas. No tienen ni nombre. Entre ellas su único nexo de unión es que están totalmente despojadas de elementos percusivos. Estamos hablando de un trabajo de alguien que es batería y que se dedica a la música de club en su faceta de DJ. Ha despojado una parte intrínseca suya para liberarse de una manera creativa sin ninguna atadura. Quizá arrancar algo tan básico para él es lo que representa una obra compuesta en un plano personal complicado. Esas temporadas difíciles por las que a veces transitamos son gasolina para el fuego de la inspiración.
La música y la creación como terapia para afrontar dudas, decepciones, pérdidas, rupturas, angustias, ansiedades y, en definitiva, los problemas y sombras que pueden acecharnos. Los momentos menos agradables de la vida con los que todos lidiamos como podemos. Ed Is Dead ha decidido moverse en un plano ambiental con pads etéreos, melodías envolventes y miles de detalles de la genialidad que atesora como productor para componer sin miedo, sin remordimiento y sin nada que perder. Pero también, más allá de su prodigio técnico, ha querido mostrar un estado de ánimo a través de una música que seguramente ni él mismo se habría planteado hacer ni en el peor instante de la pandemia cuando lo contemplativo y sosegado tuvo un gran empuje. Lo dicho, todo desde quien se siente libre y no debe rendir cuentas a nadie, tan solo a uno mismo.
Posiblemente World Is a Hostile Place for Good People sea el disco más anticomercial que haya realizado. No busca exposición y no tiene un planteamiento sesudo de querer transmitir un mensaje concreto. Tan solo expone una manera de hacer algo que le gusta, se siente reflejado en el momento y no le importan las consecuencias. El éxito no es que te escuchen, sino expresarte sin autocensurarte porque buscas otros objetivos que seguramente en este caso sea llenar más el alma que la nevera. Por no ser, no es un disco con un hilo narrativo concreto. Los matices cinemáticos, incluso con sampleos de algún film que es la representación más evidente del estado del artista, es lo que dota a la obra de la cohesión interna que cada persona le dará libremente al escucharlo como un todo. Es un LP que ni siquiera llegará a ti, sino que serás tu quién llegue él.
Sí, el mundo es frío y oscuro y quizá está hecho por y para los hijos de puta, pero las buenas personas resisten. Don Ramón pudo equivocarse. Siempre quedará la música. Y la música sí que es para todos.
Así suena:
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