Folamour invita a bailar y a sanar con Movement Therapy

El quinto álbum de estudio del francés continúa por una senda disco y house tremendamente positiva


Lo ha vuelto a hacer. Mirar la vida con vitalidad y una sonrisa es ya la marca de la casa de Bruno Boudmendil conocido como Folamour. Su música incita a ello y como una de las grandes figuras de la escena house mundial, ceñirlo exclusivamente a su Francia natal ya se queda corto, regresa con Movement Therapy, un quinto álbum de estudio que continúa la senda de su excelente Manifesto, pero en esta ocasión focaliza la pista de baile como un espacio de celebración y también de refugio emocional. 

El DJ y productor francés entrega un álbum coherente y luminoso que combina house cálido con grooves disco y mucha influencia funk y soul para crear una atmósfera profundamente humana a lo largo de los 14 cortes que lo componen. El concepto es claro desde el título: el movimiento como terapia. A través de ritmos orgánicos, bajos contagiosos y una cuidada selección de samples y colaboraciones, Folamour nos propone sanar bailando, soltando cuerpo y mente en cada compás.

El disco arranca con 'Movement is Therapy', una introducción que funciona como declaración de intenciones. El propio Folamour susurra mensajes de autocuidado sobre una base ambiental que se va abriendo paso entre sintetizadores etéreos y un beat suave. Es el preámbulo perfecto: no solo vienes a bailar, vienes a cuidarte y ahí engancha con 'Nowhere I'd Rather Be' para subir la temperatura con un bajo funk irresistible y percusiones que recuerdan a los mejores edits disco de los 70. Aquí Folamour demuestra su habilidad para construir capas sonoras que se expanden y contraen manteniendo la pista en tensión constante. Teclados sedosos, sintes magnéticos en perfecto equilibrio con un artista que sabe lo que quiere mostrar y que le da un plus housero más energético con 'All Dancing Under The Same Sky' donde se nota el esfuerxo, que recorre todo el disco, de usar instrumentos. Imposible no sentir el poder que corea el gancho vocal en la línea de la mejor black music.
 
Este LP no está exento de hits y uno de ellos es 'INNERVISION' la colaboración conn Laville a la vocal. Ahora que ha comenzado la temporada ibicenca, no veo mejor lugar para explotar el potencial de un tema que es un himno hedonista pero refinado, donde cada instrumento tiene su espacio para respirar. Otros temaxos para dar y tomar son los ya conocidos 'Ça Va Aller' del que ya hablamos aquí, 'Pressure Makes Diamonds', 'Last Sunrise in Barcelona' (inspirado en una actuación que tuvo en Sónar) y 'Easy To Love' con la colaboración dee Kabusa Oriental Choir. Esta es la parte central y corazón  del álbum y donde los matices sonoros de Folamour se despliegan como un pavo real despliega sus plumas.
 

Para rematar va con 'Paradiso' la producción más larga del disco que es el totum revolutum del mismo. Un productor totalmente desatado y con el que se puede extraer toda su esencia y ADN musical. Hay de todo: pianos, cuerdas, bajos funk, melodías sintéticas, vocales de world music, influencias "Kerrichandlerianas" evidentes. Una delicia para DJs y en mi opinión la joya de la corona. 

El baile continúa entrando en la recta final con la animosa 'Naarm's Sunset' para los que busquen afrohouse del de verdad, un toque muy retro pero sumamente divertido en 'Time' y otra muestra de elegancia y sutilidad con 'Everyone's Beautiful When They Do What They Love' que se mueve en aguas de un jackin'house irresistible.
 
Esta terapia sonora se cierra con tempos más relajados y suaves con 'U Made The World A Better Place' e 'Irreplaceable' interpretada por Allysha Joy. En ambas va por derroteros que beben descaradamente del hip-hop y del soul con un cariz más reflexivo e íntimo. Talento y clase, una vez más.
 
Con Movement Therapy, Folamour afianza su posición como uno de los nombres más sólidos del house francés contemporáneo. Su sonido —una fusión impecable de house, disco, soul y funk— bebe del pasado pero mira al futuro. Las colaboraciones enriquecen el álbum sin robarle protagonismo a su identidad, siempre marcada por el calor analógico y una sensibilidad profundamente humana. Este disco es un recordatorio de que mover el cuerpo es, también, una forma de reconciliarse con uno mismo. Una terapia sencilla, universal, que Folamour convierte en arte bailable.

Así suena:

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