Los ‘herederos’ de Holden crecen

La presentación en directo de The Inheritors en Madrid se saldó con un breve pero exitoso concierto

La figura de James Holden continúa igual en este país. Sigue manteniendo el beneplácito de un público irreductible y fiel que le venera desde sus renegados tiempos como el nuevo mesías del Trance y Progressive-House hasta su música actual disruptiva e inclasificable con mil y una influencias, que van desde el Krautrock al minimalismo y a su descomposición melódica a través de su manipulación de sintetizadores modulares. Todo ese batiburrillo sonoro tuvo como resultado el disco The Inheritors hace algo menos de dos años con el que definitivamente consolidó su aura de genio y artista diferente. Un segundo LP en el que siempre obsesivo y perfeccionista productor británico por fin se encontró a sí mismo tras aquella rabiosa ruptura con su pasado artístico que supuso The Idiots Are Winning siete años antes. Las cabinas españolas no son unas desconocidas para él, pero le llegaba el turno de presentar a su apreciado retoño musical ante una audiencia española madura que específicamente había pagado por verle en un concepto más cercano al concierto que al club o festival. Este pasado viernes su directo pisó el escenario de una siempre imponente Joy Eslava.


La cita era a las 20:30 y la afluencia de público era paupérrima. Una Joy Eslava que parecía que no se iba a llenar. Todo apuntaba a que volvería a ser una reunión de los 200-300 fanáticos de Holden que nunca le fallan en Madrid y poco más, con un par de curiosos y el pequeño porcentaje de guiris que saben a lo que van. A las 21:00 comenzó el turno del británico afincado en Barcelona Simon Williams conocido como Sunny Graves. Otro genio que a base de constancia se está haciendo su hueco en la escena española con reputadas credenciales como su excelso Bayou EP o su paso por la reciente RBMA Bass Camp de Madrid.

Mientras la sala iba cogiendo cada vez más color, Williams ofreció un live basado en música experimental en la que sus primeros compases se enrocaba demasiado, quizá pidiendo demasiado a las neuronas de los allí presentes para luego moldear un directo más luminoso y accesible en cuanto aparecía el bombo y texturas más delicadas. Todo ello, acompañado de sugerentes visuales, hicieron un calentamiento perfecto para lo que vendría después demostrando que la música de Sunny Graves puede ser carne fresca para Border Community.


Llegó el turno de Holden que vino acompañado por Tom Page a la batería y no hubo noticias del saxofonista Etienne Jaumet, que curiosamente actuó tres días antes en la capital, por lo que el directo se desmarcaba de lo ofrecido en Sónar el pasado verano. Con la sala abarrotada, en una némesis de lo que apuntaba al principio, que rezumaba vítores hacia el dúo, el concierto comenzó con un arranque poderoso con un Page preciso como pocos en el ritmo. Las cartas sobre la mesa con una movida versión de ‘Rannoch Dawn’. Poca broma para luego enlazar con el segundo tema de su repertorio yendo directamente al grano con ‘Renata’ y levantando la primera ovación espontánea.


Ya tenía a todo el mundo en el bolsillo y continuó deshojando The Inheritors con el tema de mismo nombre, el tenso y opresivo ‘Gone Feral’, momentos más relajados con ‘Seven Stars’, que rebajó mucho los ánimos para luego volver a subir la histeria con una delirante ‘The Illuminations’ donde Holden se lo pasaba pipa retorciéndonos a todos. La magia llegó con su embaucadora ‘Blackpool Late Eighties’ que parecía poner punto y final de forma suave al vaivén al que nos sometió. Pero no.


Prometió un tema más y ese fue una frenética interpretación de ‘The Caterpillars Intervention’ para jolgorio y delirio del personal que no dudó en quedarse un buen rato aclamando al británico para que ofreciera un bis que nunca llegó pero que dejó claro que, a pesar de la brevedad de su concierto que no llegó a los 45 minutos, a este matemático musical le crecen sus herederos sonoros.


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