Electronic Colors, el frente melódico resiste

Por Armando Gallego


La suerte actual de esta época clubbing que vivimos, nos plantea semanalmente donde aparcar los problemas de nuestras rutinas para afrontar el bienvenido dilema de que fiesta escoger. Nuestra escena propone cientos de eventos musicales para que nosotros, los clubbers, nos sumemos al complejo engranaje que forma una escena de club. Con mayor o menor fe, la del fanatismo por un artista, género o propuesta; la parte que tiene que adivinar el promotor de turno para acertar en su idea y no fracasar en el intento: porque el riesgo siempre estará presente a ambos lados de la pista. Por eso, no es de extrañar que siempre exista predominancia de géneros musicales entre las propuestas, atendiendo a modas o necesidades de la sociedad.


Con esta pesada reflexión entre mis inquietudes iba recorriendo el barrio de Malasaña el pasado viernes en busca de la calle San Dimas, camino del 4° aniversario de Electronic Colors, intentando comprender la escasez de propuestas donde el estilo progresivo no era tabú. Quizás, no son tiempos pacientes –una virtud indispensable para el oyente de un estilo como la electrónica progresiva, donde la evolución lo es todo–, quizás, somos esclavos de esa inmediatez de las redes sociales y del sistema cada vez más arraigado a ellas: lo queremos todo ya, nos vale un bocado de disfrute. En el número tres de la calle San Dimas se encuentra la sala Siroco, mi lugar de destino y una de las pistas más determinantes de la escena. Tierra fértil donde los diferentes y más modestos promotores tienen la oportunidad de desarrollar sus ideas: el caldo de cultivo que nutre la escena madrileña. Siroco es el punto de partida para muchos, donde los grandes promotores “renuevan” sus ideas con la que mantener su estatus; una regla permanente en el mundo de la noche que se retroalimenta para estudiar las modas y exigencias del público. Llego a mi destino con el claro convencimiento de la trascendencia de un evento que tiene a Guy J como cabeza de cartel: uno de los máximos exponentes del House y Techno progresivo del mundo actuará en Madrid, en una cabina de referencia como la de Siroco.

En las inmediaciones de la sala, mientras apuro la tradicional lata de cerveza, me encuentro con la gente de Melódica –uno de los pocos colectivos nacionales afines al sonido progresivo, buscadles por sus redes sociales porque ellos también plasman sus ideas en una pista de baile– e intercambiamos reflexiones. Uno de sus miembros, Starni, me comenta las expectativas que tiene para el aniversario: “espero una noche excelente, Guy J es como Francisco Umbral: aquí viene para hablar de su libro, y su libro es muy bueno”.

Ya en la pista, observo el gran ambiente que se respira desde primera hora con Soulwerk encargándose del warm-up de la noche. Tras él, llegaría el turno del motivo por el cual estábamos todos expectantes: el set de tres horas del referente Guy J. Con 'Indian Stories' de Matteo Bruscagin & Visnadi como adorno sonoro para el relevo en cabina de Soulwerk al invitado, al que todos recibimos con júbilo sus tímidos saludos. Pista preparada y artista preparado, comenzaba una noche muy esperada.


Dividiendo su actuación en tres partes, me quedo con la primera hora, siendo toda su actuación tal y como auguró Starni: “un libro muy bueno”. Aquella primera hora fue una demostración de cómo saber comenzar una historia, un viaje: con melodías frías y tímidas, con un toque Dub acertado para ir evolucionando hacia momentos más intensos. Mención especial para el primer tema introductorio, una delicia melódica y ambiental con épica y sensibilidad. La evolución de la sesión sería in crescendo, donde 'Prism', trabajo conjunto entre Guy y Khen, fue el primer punto de inflexión. Dicho tema pertenece el recién editado álbum de Khen, One Day Of Independence, en Lost & Found, el cada vez más maduro sello de Guy J –ahora es sello independiente, hace tiempo que abandonó el cobijo de Bedrock Records–. Tras el punto de inflexión, la segunda hora vino con el groove como agitador inconfundible de la pista, como acompañante perfecto de melodías más pisteras y cálidas. Vuelvo a citar al público asistente, venido desde varios puntos de España por una misma causa: la de formar un frente melódico que vibrase con cada momento creado por Guy J, generando un ambiente inmejorable. Aquel estado de euforia, disimuló los momentos menos brillantes de la última hora. Eché en falta alguna pieza maestra de su discografía –'Nirvana', 'Candyland', etc–, pero me siento agradecido por bailar su próximo hit Mother Earth o esa vocal con breaks que nos regaló para el cierre, maravilla por descubrir. 


Su actuación se hizo corta a pesar de la duración: gracias a la cadencia elevada de temas y el buen ritmo de las transiciones, y a pesar de ser un set sincronizado, el israelí supo convencer desde la controladora, algo que muchos artistas descuidan con el uso del digital: porque suelen sonar pesados, tediosos. Despedida con honores.

Momentos antes para el directo de Ioan Gamboa, la cara más visible de Electronic Colors tocaría tras el israelí, pude charlar con él sobre el colectivo y su cuarto cumpleaños, Ioan me comentó que estaban muy orgullosos del hito conseguido y de poder contar con: “un lujazo de artista como Guy, todo han sido facilidades, estamos muy contentos”. Aproveché la ocasión para conocer el estado en el que se encuentra su segundo trabajo en largo: “quedan algunos retoques, dos o tres tracks que quiero retocar para que todo suene como deseo”. Y añade: “he cambiado de sonido, en este trabajo he mirado más a la pista sin perder la esencia de la melodía, creando un híbrido a partir de mi primer disco”. Momento perfecto para recomendar Vibrations, el primer gran disco de Ioan Gamboa.


El directo de Gamboa fue como esperaba: pistero, melódico y con interesantes sensaciones al escuchar cortes reconocibles e irreconocibles. Creando expectación para su citado segundo álbum.

No me quedaron fuerzas para cerrar el evento, el viaje fue intenso. La próxima cita será con otro maestro melódico como Petar Dundov, Electronic Colors regresa, el 24 de febrero, al mismo lugar para seguir creando más el caldo de cultivo.

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Fotos y vídeos: Electronic Colors
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