Ylia despeja nubes de dolor en Ame Agaru

La alicantina publica su nuevo álbum focalizado en el ambient que ve la luz en Balmat Records el subsello de Lapsus



La sensibilidad de un artista se palpa a través de sus obras. Susana Hernández, conocida coo Ylia, es de esas figuras que lo consiguen de manera concisa con los elementos justos y necesarios. Lo hizo en Bola del Desierto y en Dulce Rendición, del primero dimos cuenta por aquí y el segundo lo editó hace tres años a través de Paralaxe Records. En aquél 2020 a nivel profesional fue un gran acicate para la que ha acompañado en el escenario a artistas como El Niño de Elche. Pese a la pandemia, además de lanzar aquél álbum también editó material para sellos como Lapsus Records, Hivern Discs y Super Utu/Stars on Earth. Pero el éxito puede venir con una bofetada vital a nivel personal a la vuelta de la esquina. Eso le sucedió en 2021 cuando sufrió pérdidas familiares cercanas, además de terminar una relación sentimental. Situaciones que cuando vienen juntas pueden hundirte emocionalmente y solo a través de la creatividad puedes expresar tu estado de ánimo.

Ame Aguru es el nuevo álbum de Ylia y es un registro del procesamiento de su dolor. Una respuesta a esos eventos de su vida que edita Balmat Records, el subsello de Lapsus, donde la alicantina se abre en canal a través de ocho cortes ambientales de carácter melancólico. Pero sobre todo capturando el momento de lo que siente en el instante preciso. El título es la expresión japonesa que su significado sería cuando la lluvia escampa. 

El disco es el procesamiento de todo ese dolor, su asimilación y el camino de sanar. De esta manera también puede animar a ser optimistas tras desgracias, porque como se decía en El Cuervo -la peli de Alex Proyas, no el poema de Poe- nunca llueve eternamente. Todo eso se percibe con claridad a través de los elementos sintéticos que utiliza y que además suma diferentes instrumentos para complementar de manera más precisa su visión y, además, envolvernos y sobrecogernos de forma natural y orgánica.

El LP es continuista en cuanto a las investigaciones ambientales de anteriores trabajos de Ylia, pero donde antes se busca explorar un lado más cósmico, aquí se nos representa una quietud y búsqueda de paz después de tristeza. Hay más entrañas que raciocinio. Los elementos acústicos, algunos no reconocibles como tales, le dan una profundidad que toca el alma. Ejemplos de esto lo tenemos como la presencia de Alejandro Lévar que presta su guitarra acústica punteada a los drones escapistas y resplandecientes de 'Todos los Cuerpos'; o la participación del multi-instrumentista y director de orquesta Tete Leal que agrega flautas, clarinete y saxofón soprano a 'Ame Agari', el tema que da título al LP y que lo abre para ponernos en el contexto de lo que se va a escuchar.

'Flowers in June' es un tema con influencias de un dub techno soterrado que surgió en un directo de Ylia; pero el resto de composiciones son fruto fruto de sesiones de grabación improvisadas en su casa en Málaga, a cinco minutos de la playa. Ideas capturadas al vuelo para luego estilizarlas y buscar el discurso ideal más honesto posible. Es la espontaneidad detrás de la quietud.

La incorporación del piano, un instrumento que la artista ha tocado desde que tenía 10 años, tiene su importancia porque nunca antes lo había incluido en una de sus composiciones. Aquí abraza ese legado concibiendo a Ame Agaru como un camino para fusionar el piano con sintetizadores y procesos electrónicos. En este aspecto, de pretender transmitir una emoción en bruto, el piano cobra mayor relevancia con el tema que clausura el disco, 'El Único Adiós Posible', sin cortapisas por medioa. La belleza de la forma más cruda posible, sin adornos, ni especulación.

El resultado general es una obra que remueve en una disco que a través de la economía de medios y la pureza de expresión nos adentra en una narrativa embelesadora para describir lo que al final es un ciclo de vida. Desde el paso de las nubes de tormenta y hasta los cielos despejados.

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