ElectroSplash 2017, sobrevivir sin perder esencia

Dj Tennis b2b Skream, Tensnake, Octave One y Chelis entre los grandes triunfadores en la edición del cambio de ubicación


Desde el principio se sabía que este año ElectroSplash se enfrentaba a un gran handicap como es un cambio de recinto, y hasta de provincia. El pequeño pueblo costero castellonense de Vinaròs no iba a acoger ese festival de festivaleros y la tardanza de la organización en anunciar nuevo emplazamiento como es La Marina Real en el puerto de Valencia; y, sobre todo, desvelar los primeros nombres a escasos dos meses del comienzo dejaba cierto poso de inquietud y de salvar como fuera un evento que gana al que lo visita por su carácter cercano. La gran duda era si ese carácter de supervivencia -que se percibe en detalles como tener que recurrir a varios nombres internacionales que ya han participado en otras ediciones (más allá de los residentes) como Los Suruba, Crazy P, Tensnake o Legowelt entre los primeros que me vienen a la mente- iba a afectar a otros ámbitos del festival. Por suerte, el gran factor diferenciador de ElectroSplash como es su ambiente familiar -con un público en su gran mayoría adulto (y no hablo solo de edad) con ganas de disfrutar y pasarlo bien- no se resintió lo más mínimo. La esencia permanece impoluta tanto para todos los fieles que acuden a esta cita como para los que se estrenan en ella.


Por lo tanto sería muy injusto comparar lo sucedido este año con lo de 2016 en ese mágico pinar de la playa del Fora Forat sabiendo que las circunstancias han sido adversas. Posiblemente 2017 quede como una edición transitoria pensando en volver a Castellón o quizá abra un nuevo marco para el festival quedándose en Valencia, que todo sea dicho de paso, ofrece más facilidades y comodidades a la hora de encontrar alojamiento y a la hora de moverse.

Pero tampoco hay que pasar por alto que ElectroSplash 2017 ha tenido sus pequeños problemas que se revelaron de forma evidente en la jornada del viernes. La principal fue el sonido del Main Stage al no pegar con la suficiente potencia y fuerza que debería y eso hizo que a algunos se les torciera el gesto con cada nueva actuación. Otra lunar de esta edición fue la política en puerta en La3. La jornada diurna del festival se realizaba en La Marina hasta las 2:00 pero quien quisiera continuar con la jarana podía acudir al club valenciano donde se podía pasar gratuitamente hasta las 3:00 mostrando la pulsera del abono. El problema estuvo en que muchos (y lo pongo en masculino) que iban a lo primero vestidos de la forma más cómoda posible (bermudas, pantalones cortos de chandal etc) se encontraron con la negativa en el acceso al ir a lo segundo. Eso encabronó al personal porque nadie avisó de que hubiera que llevar un dresscode particular. Por suerte tanto una cosa como la otra se solventaron al día siguiente.


En cuanto a la disposición del festival hay que destacar la zona llamada DiscoSplash que venía a sustituir el escenario de bandas de calado indie-electrónico del año pasado por un área dedicada prácticamente a la música Disco y House. Un espacio césped cubierto por una jaima que fue un lugar idílico para los amantes del frescor donde posiblemente se dieron los momentos más hedonistas y disfrutones del evento.

ElectroSplash arrancó el viernes 21. Un acceso rápido, recarga de la pulsera cashless para pedir refrigerios y reconocer la nueva ubicación, estuvimos en el Main Stage viendo a Los Suruba una vez que asimilamos que nos íbamos a perder a un tempranero Matthew Dear que repartió una caña propia de él, según nos contaron. Tras un montón de tiempo sin coincidir con el dúo formado por Álvaro y Delmar ofrecieron sesión que sorprendió a propios y extraños porque la concibieron de forma progresiva bastante elegante. Nada de un sonido de club ibicenco al que se les puede asociar. Comenzaron con un halo de mestizaje y chamanismo electrónico a bajas revoluciones (103 BPMs) en la onda de su nuevo sello Nazca. Según avanzaba la sesión comenzaban a surubear y caldear el ambiente para dejarle medio trabajo hecho a Black Coffee, uno de los cabezas de cartel.


Antes de ver al sudafricano tuvimos nuestro primer momento de alegría colectiva con Crazy P en una suerte de híbrido entre el directo y el dj set. Obviamente la actuación subía enteros cuando Dannielle Moore se arrancaba por el micro y cantaba tracks míticas de la formación. Especialmente a recordar la performance de 'Echo' de su último disco Walk Dance, Talk Sing donde vimos claramente que esta zona iba a tener su embrujo particular cuando el sol se escondiera.

De nuevo en la zona principal estuvo un resolutivo Black Coffee que se presenta como la gran revelación de este año de Ibiza. Su set estuvo cortado por el patrón housero propio de los Dj´s sudafricanos que actuan en Europa como Culoe Du Song y cía: una mezcla entre la percusión y sonidos tribales en combinación con cierto deje berlinés "innervisionizado". Temas como la remezcla de Jimi Jules al 'Take Words In Return' de Henrik Schwarz o el 'Purple Rain' de Chew Fu se entremezclaban con congas y sonidos étnicos propios del continente negro donde a veces se atrevía a meter acapellas de 'Billie Jean' de Michael Jackson o el 'Show Me Love' de Robin S como si el público necesitara algo reconocible para su oído. Y a pesar de su intención de concebir lo europeo con lo africano le faltó un punto de garra y conexión ya que mostró una actitud pelín fría en cabina.

Todo lo contrario que los hermanos Burden. Octave One tiene las suficientes tablas como para solventar una pérdida de equipajes extraviando la gran mayoría de su set-up y que lo consigan gracias a la colaboración de artistas locales. Quizá no fuera su directo más acertado ni el que se quede en el imaginario colectivo de todos, pero solo por las dificultades y los bemoles que le echaron al asunto para salir adelante con todo, les hizo destacar sobre el resto. Quien tuvo, retuvo.

Pero a nivel de dj set quien se coronó fue un Chelis encargado de cerrar la jaima del Disco a base de vinilazos de todas las épocas y estilos. El de zaragoza puede que sea uno de los Dj´s más versátiles del panorama nacional y volvió a dar buena cuenta de ello aportando una gran gama de variedad musical tremendamente bien cohesionada que hizó las delicias de los presentes.

De está primera jornada también hay que destacar a un Ryan Elliot en La3 que por lo visto realizó una actuación magistral de la que todo el mundo hablaba al día siguiente. Nosotros quisimos conocer Club Gordo pero los empastres de los viernes noche en Latex se quedan en Latex. No seremos nosotros quienes rompamos su política de a tota virolla.

Nunca unos retrasos en los vuelos hicieron tanto bien a un festival. Con esta afirmación podemos empezar a hablar de lo sucedido la jornada del sábado 22. Entrando inusualmente tarde y maldiciendo nuestra suerte por perdernos a Dj Tennis enseguida comprobamos que el italiano aún estaba tocando cuando en su lugar debería estar Skream. Daniel Kyo tuvo que alargar su sesión para que luego entre el italiano y el británico se repartieran el tiempo y acabaran con un mágico b2b improvisado que fue lo más destacado del festival por la conexión que hubo. Temas melódicos, breaks, groove, fuerza y una gran complicidad es el mejor resumen que se podía hacer. Supieron encoar y focalizar la energía que se respiraba. Entramos cansados pero enseguida nos sumergimos en la ola de buen rollo que se mascaba.


Todo este lío de horarios también afectó a DiscoSplash con un retraso del alemán Tensnake. En su lugar estaba Javi Frías responsable de la sesión Discotizer en Madrid que se ha revelado como un pequeño oasis para los amantes del sonido electrónico con más funk y boogie. El madrileño supo estar a la altura para satisfacer a la parroquía que allí se arrejuntaba.


Volvimos a la zona principal para dar una segunda oportunidad a Robert Hood e hija bajo el aka Floorplan tras el mal sabor de boca que nos dejaron hace mes y medio en Sónar. Aquí fue un más de lo mismo con un Hood supervisando a su vástaga que por momentos parecía no enterarse de nada. Música animada, pelotazos del predicador, algo de Donna Summer y la gente entregadísima pero no dejaba de sobrevolar en el ambiente entre los más entendidos que este hombre es un padrazo para dejar que su reputación esté quedando en entredicho entre todos los que le respetamos solo por intentar hacerle hueco en el mercado a su retoña de la forma más burda posible.

Para quitarnos el mal sabor de boca ahí estaba Tensnake. El alemán supo recoger el testigo de Javi Frías y su set comenzó con sonidos discoides en los que poco a poco fue introduciendo gotitas de House. Sutil y con maestría fue embaucando al público y conviertiendo la carpa en toda una oda al desenfreno y la exaltación de la amistad. Imposible no ponerse cariñoso y emotivo con la felicidad que transmitía. Incluso por la pista andaban Dj Tennis y Skream disfrutando como niños pequeños. La segunda parte de su sesión fue una ráfaga de pelotazos veraniegos como lo último de ReGraded o su cierre con el inmortal 'Coma Cat'. La gran rebozada sin discusión. Pero para los que necesitaran más de oscuridad para cerrar la edición diurna Shifted era el hombre ideal para tal comentido pero eso os lo tendrá que contar otro porque nosotros estábamos cantando a pleno pulmón 'Final Credits' de Midland.


La fiesta continuó en La3, y aquí sí que acudimos bien temprano. Pudimos disfrutar de un correctísimo warm-up conciso y sin florituras de la valenciana Ladrillovitz que se adecuó perfectamente a la gran estrella de la noche: un Legowelt que como todos los genios con muy poco pueden hacer mucho. Daniel Wolfers vino con la intención de no hacer prisioneros y armado con un laptop, un launchpad y una especie de controladora que no pudimos precisar bien ofreció su lado más divertidamente salvaje en una combinación de un House chicaguero con un la fuerza de un Techno cargado de funk. El hombre de los 15 pseudónimos repartió jabs, crochets y ganchos sin apenas levantar la cabeza de sus cacharros. El de La Haya sabía muy bien lo que hacía para mantener a tope a la pista.


Tras finalizar su directo a eso de las 5:30 lo mejor fue una retirada a tiempo con una sonrisa en la cara de un festival que ha vuelto a bailarse en familia, que al final es la que siempre está en los momentos más complicados. Ya esperamos noticias de la próxima edición.

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