Sónar sigue mandando (y lo que le queda…)

Crónica de la edición 2015 del festival barcelonés

Quinto año consecutivo que cubrimos Sónar, y qué difícil es que una sola persona se encargue de abarcar todo el festival sin morir de cansancio si eres de los que gusta asistir a primera hora a Sónar Día y alargar lo máximo posible Sónar Noche. Aún así, por mucha auto-exigencia que te impongas, no podrás ver todo lo que quieres, y como buenos consejeros, nos saltamos muchas de las recomendaciones que dejamos por aquí por diferentes motivos, como encontrarte con amigos y compis de otros medios, quedarte más tiempo del que creías viendo a un determinado artista o en mi caso particular tomar un par de horas de descanso al mediodía en el Hotel en la tercera jornada. Aún así había que dar el callo porque Sónar es una vez al año y en 2015 vuelve a demostrar que es el FESTIVAL. Y solo tenemos que acudir a sus cifras de asistencia: 119.000 visitantes provenientes de 104 países. En el mundo hay 194. El crisol multicultural de aquí y de allí (este año, mucha gente de aquí, parece que el público nacional va despertando) viene a este festival por diferentes motivos: unos por la música en sí misma, otros por ese congreso tecnológico que es Sónar+D que continúa creciendo de forma imparable, otros por pegarse la fiesta hasta la inconsciencia y otros por lucir modelos estrambóticos y posturear. Todo ese cóctel es lo que hace especial este evento social que puede considerarse como un emblema de lo cosmopolita que es Barcelona. Y bien lo sabe Ada Colau, que se quiso pasar por un festival que disfrutó en otras ediciones como una ciudadana más.



-Lo nacional, "lo güeno", la pata negra

La crónica la podríamos empezar por esos artistas que cortaron dos orejas y el rabo en su paso por Sónar. Y de hecho así será, pero vamos a hacer un pequeño inciso sobre el valor de lo que tenemos dentro de nuestras fronteras. El jueves el encargado de abrir todo un soleado SónarVillage fue el asturiano Skygaze. Tremendo envite. A priori sus beats licuosos con sus instrumentales evocadoras parecían perfectas para dar comienzo al verano. Un sonido propio y diferenciado en base a un Hip-Hop instrumental que corroboran sus trabajos para Neonized, pero la sorpresa llegó cuando Jaime Tellado comenzó a hacer un repaso por diferentes estilos con calado más House y Acid sin perder un ápice de su peculiar paleta sonora. Fue un directo tan sobrado y con tanto descaro que a mi particularmente me pareció que estaba en el sitio erróneo a la hora inadecuada. Y me explico: me gustó tanto que no merecía tocar ahí a esas horas. Que algún artista visual colabore con él y programenlo en SónarHall. Más de uno nos subiremos por sus cortinas rojas cual monos en celo. Primera actuación, primer subidón.

El Colectivo +0 dieron un toque guasón como solo unos canarios pueden hacer con mucho Bass. Acto seguido a muchos ya no les importaba ponerse a pleno sol para bailar sin complejos. Un servidor puso rumbo al SónarDöme para disfrutar de Olde Gods. El dúo formado por Guillamino y JMII fueron presos de un horario que no les convenía. La gente apalancada en el césped artificial del Döme. Pero poco a poco fueron levantando los ánimos al personal mientras con su House analógico, colorista y vocal hicieron que los allí reunidos movieran el esqueleto mientras repasaban los temas 'Tempel', 'Gerade' o esa bomba que se llama 'Shigatsu Kokonoka' además de muchos temas que están por publicar. Para un servidor lo mejor de la primera jornada y carne de la edición nocturna del festival.

Al día siguiente hubo un bautismo de fuego y una coronación. El bautismo fue para el jovencísimo Mans.O. Artista barcelonés que con solo un EP ya tiene suficiente crédito para actuar en el SónarVillage de este festival. Pero la madurez musical de Roman Daniel y su soltura al exponerla en público es para quitarse el sombrero. Posiblemente el gran descubrimiento de esta edición. Supo en todo momento qué hacer y cómo hacerlo. Ritmos abstractos, sintes lacónicos y electrónica bucólica para dejar volar la imaginación. Voy a repasar Macaya otra vez. ¡Qué menos!


La coronación fue de las asturianas LCC. Voy a ser sincero, me esperaba algo similar a lo ofrecido en She Makes Noise y me encontré con un discurso aún más poderoso y estructurado en un in crescendo que a más de uno dejó exhausto en la butaca del Complex. Un comienzo tranquilo con capas y texturas embaucadoras, un nudo cada vez más crudo y rudo y el despiporre final con una contundencia que era puro músculo Technero. Todo eso con un sonido perfecto y un juego de luces preciso y que sumaban profundidad a su discurso. Dos ovaciones espontáneas en pleno concierto más ovación final con el público puesto en pie. Las Princesas de Asturias no es Leonor, o en su defecto Sofía.

Prácticamente todo lo hablado hasta ahora son directos pero si me tengo que quedar con un Dj Set de alguien nacional es con el de Pedro Vian. Pónganse en situación: sábado a la 13:00. El panorama que te encuentras es desolador: gente de empalme con ganas de que no se le baje el subidón químico de la noche anterior, peña con un cansancio que ya hace mella y quiere abrazar el confortable piso verde y los que acaban de entrar bien descansados y más frescos que una lechuga buscando ese ritmillo que no se pase de animoso pero con el que tampoco bostecen. ¿Cuál es el camino correcto para acertar con esos tres estados de ánimo diametralmente opuestos unos de otros? Pues el amo y señor de Modern Obscure Music fue inteligente y en su set pasó por todos. Desde un Ambient profundo para engatusar al que reposaba, a un Disco alegre y exótico para que al que viniera con la fresca le entrara el gusanillo de meterse en faena y finalizar con un Housazo para que todo el mundo se levantara y comenzara el principio de la jornada final del festival por todo lo alto. Todo sin fallo técnico alguno y haciéndolo con una naturalidad pasmosa. Serio y pulcro. Se lo puso a Fernando Lagreca en bandeja.

El directo de Lost Twin con los visuales de Gabriel Tineo sí que era para disfrutar sentado y de relax. El sevillano Carlos R.Pinto es un artesano del ritmo y como tal lo mima, lo cuida y no para de extraer matices. Su Hip Hop es instrumental y electrónico. No sirve para lanzar fraseos, sirve para la evasión y así se concibe su LP The Mist. Y mientras lo iba desflorando los presentes nos dejábamos llevar moviendo las cervicales.


Y el bonus track como ganador sin actuar fue Reykjavik 606. Hubo camisetas de los donostiarras a cascoporro por el Village. ¿Habrán tomado nota la organización de Sónar?

-"Lo clavo, y lo sé."

Como amante del sonido Border Community cuando eran la nueva esperanza de un trance que confluía con todo tipo de géneros -o lo que es lo mismo: música de baile melódica y bonita de cojones sin saber muy bien cómo definirla- el ganador de Sónar Día fue el directo de Kiasmos. Y lo fue por música que es increíblemente arrebatadora, potente y que a gente como yo nos gana de primeras. Bueno, en realidad ganaron a todo SónarHall a los 10 minutos. Solo un pero para Ólafur Arnalds y Janus Rasmussen y fue su actitud. En principio muy activos y positivos para levantar e involucrar al personal, sobre todo Arnalds, pero según corría el tiempo, se pasaban de histriónicos como si fueran artistas de Big Room. Y no sé hasta qué punto lo estaban haciendo porque de verdad sentían que eran los putos reyes del mundo con todo el mundo extasiado o si todo era impostado porque así lo exigía el guión.


Otro gran ganador INDISCUTIBLE fue Floating Points con un set cargado de Disco y House que puso patas arriba SónarDöme. A base de plásticos Sam Shepherd conquistó sin problemas la zona de la RBMA con un groove que quitaba el sentido. No disfrutaba tanto desde la visita de Motor City Drum Ensemble a Mondo. Perfecto para encarar la primera noche de Sónar con ganas y arrojo. Y sí, tuvo sus pequeños fallos técnicos pero luego suelta 'Nuits Sonores' y la comunión artista-público solo la puede igualar otro maestro.

Y ese maestro es Laurent Garnier que como seguro de vida nunca falla. Sus cierres en Sónar como colofón final ya son tradición. Con él puedes morir bien a gusto con las botas puestas. Y en esta ocasión no recurrió ni a 'Crispy Bacon' o 'The Man With The Red Face'. No le hacía falta. Un 'Domino' de Oxia con la noche cerrada y un 'Jaguar' para cerrar a plena luz del día. Con esos dos clásicos se bastó y se sobró para que todo el mundo, independientemente de su estado físico y mental, recordara la buena onda de otro set épico.


También The Chemical Brothers reverdecieron laureles. Un grandioso sonido de SónarClub y una disposición visual apabullante. Nos daba igual que no estuviera Ed Simmons y que su sustituto fuera Adam Smith (encargado de la parte visual y que algunos consideran como "el tercer hermano") o que gran parte del show se basara en presentar su nuevo disco Born in the Echoes, que al ser canciones que el pueblo llano no conoce ni asimila fueran los bajos de los altibajos de su actuación. Pero es que esos "altis" con sus clásicos como 'Hey Boy Hey Girl', esa versión especial de 'Star Guitar', ese 'Galvanize' que tensaban y tensaban, ese divertido 'Do It Again', ese paseo arquitectónico con 'Belive'…. Y todo con un sonido directo al pecho y sin parones como en otras ocasiones. Pura fuerza.

El virtuosismo de Dorian Concept no es para describirlo con palabras, es para verlo. Y punto.

-Lo que a uno gustó y no moló a los demás

Primero lo más obvio: Paranoid London. El trío en SónarCar se lo pasó pipa. Y contagiaba. Su actitud era punkarra y adecuada a ese paraíso ravero en lo que se convirtió ese escenario. El cantante con su gorrito noventero de británico pasado de rosca, su pintas chulescas, su manejo del micro cual Buffalo Bill en un rodeo… El sonido ácido saturado, guarro y sucio…. nada sutil, ni elegante, ni nada. A muchos no gustó, y lo puedo comprender, pero es que todo era parte de la gracia y la propuesta. Si lo pillabas, gozabas; si no cogías ese punto gamberro rústico de todo me da igual y lo hago así porque quiero hacerlo así, es posible que salieras espantado. Yo me quedé en la campiña barcelonesa a gustísimo.

Jamie XX. Quizá este hombre tendría que estar en el segundo apartado. A mi me encantó cómo enfocó el set. A algunos les pareció confuso y hasta flojo (sobre todo si venías del SónarCar). Otros tampoco le pasan que fuera con una maleta de vinilos y pusiera cuatro o cinco en dos horas. Hay gente que tampoco le gustó su técnica, que tampoco es que sea una maravilla…. Pero en mi opinión supo llevar la sesión de menos a más de forma impecable aunque a partir de uno de los momentos cumbre (¡OH MY GOSH!) que podía haber sido el colofón perfecto, empezó a dispersarse. Cuando parecía que era tema de cierre por una intensidad alta pero con contundencia la justa, ponía otro más y así durante los últimos 20 minutos. Impagables cuando pinchó el remix de Talabot a 'Loud Places' y los mil y un trolleos en la cámara de varias manos de asistentes en los planos generales del escenario.

Con Teengirl Fantasy uno podía esperar algo tranquilo pero se soltaron la melena con mucha psicodelia. Muy cañeros a la par que divertidos, aunque no todo el mundo comulgara con su derroche de energía y visuales que pecaban de repetitivas a primera hora de la tarde.


-Lo que a uno no gustó y moló a los demás

Daniel Avery. Lo siento, pero me parece un Dj que siempre opta por un camino fácil y que lo tiene todo calculado. Tan calculado que me parece insultantemente aburrido. En sus sets sabes que van a sonar sus producciones, sus remixes o los remixes de otros a sus producciones, y no de forma sutil (metiendo una, dos o tres) sino de forma en la que te comes casi toda su discografía reciente. Tiene un plan tan bien trazado que es predecible. Ojo que entiendo que su música ponga los ánimos por las nubes a cualquiera a las cuatro de la mañana pero para eso que no haga Dj Sets y se dedique al directo.

Double Vision: Atom ™ y Robin Fox, y aquí voy a matizar. Porque quizá su directo fuera de los mejores y el que más exprimió la capacidad del equipo de sonido de SónarHall, pero uno iba con expectativas de encontrarse algo como en 2013 en cuanto a discurso musical más allá de las visuales. Pero Uwe Schmidt fue por un camino más experimental y ruidista y uno esperaba algo más colorista como su impresionante momento RGB. El resto fue tensión a base de glitch. Toda la que quiso y más. Creo que yo no estaba preparado para eso un jueves tarde pero otra gente seguro que sí y se lo agradeció con un estruendoso aplauso final.

-La rave de SónarCar

En lo mejor podría meter alguno de los artistas que pasaron el viernes por este escenario pero creo que se merece un apartado a parte. Techno del oscuro y abigarrado. Del que te coge de los huevos y no te suelta. Eso era SónarCar. Y bien que lo disfrutamos primero con un vasto como el solo Powell. Había gente que de una botella de agua hacía todo un mundo con un bombo atronador que no sabías si te daba codazos, rodillazos o puñetazos en tu sien. Bruto como luego se puso, otro británico, Randomer. Cada vez más repris hasta que alcanzó velocidad de crucero para gustos de nuestros pies y disgusto de nuestras neuronas. Arrasó con todo sin dejar prisioneros. 

La alemana Helena Hauff no iba a ser menos que los chicos de la pérfida Albión y se vistió de asesina. En cabina gestos suaves con sonidos letales. No había concesión y Francesco Tristano tomó nota y quizá bajó un poco el pistón en cuanto a oscuridad por las melodías que emanaban de sus teclados pero jamás cedió un paso en cuanto a contundencia. No pude ver a Roman Flügel pero la sensación de que todo el que salía de esa zona acababa tarado y encantado de haberse conocido. La contra de esto, es que luego todo lo que vieras te iba a parecer light. 



-Cosicas alegres y campantes

SónarVillage se convirtió en un festival por si mismo la tarde del jueves con Kasper Bjørke, el directo de J.E.T.S, Felix Dickinson y concierto de Hot Chip del tirón. El danés tiró de clase y sensibilidad a raudales. Un nórdico en SónarVillage la primera jornada es sinónimo de éxito y del arranque oficioso del festín como tal, y cumplió con creces cuando para cerrar tiró de 'The Sky Was Pink', remezcla de Holden. J.E.T.S fueron apañados y continuistas con la jarana anterior pero más Techneros. No es que fuera algo especial pero tampoco desentonaban. Por su parte Felix Dickinson ofreció un lado más amable mientras caía la tarde para que Hot Chip con sus pegadizas canciones lo tuviera ya todo medio hecho. Toda la programación tuvo la armonía perfecta.

También hay que hacer mención a Arthur Baker en ese mismo escenario para mover a todo el mundo tras el paso de Owen Pallet que enfrió un poco al personal. Y además que siempre es curioso ver a un clásico de la industria pinchando matraca de la buena como en sus años mozos.

Del mismo modo en el Village, y motivo por el que me perdí a Niño, me quedé viendo a Fernando Lagreca como repasaba con su directo su álbum Control. Con Vian habiéndole dejado todo a punto de caramelo me interesaba mucho ver cómo iba a recoger el envite y cómo el público iba a absorber un directo en el que uno no tiene apenas margen de maniobra. Lo bueno de Lagreca es que su música es colorista y alegre y eso sentó de maravilla a una pista que ya estaba a un incesante rendimiento. Supo aprovechar la oportunidad para hacer sudar al público con una sonrisa en la boca.

Desde Innervisions Henrik Schwarz tuvo la tarea de cerrar Sónar Día con un directo con mucho House donde destacaron sus versiones a las remezclas que él mismo hizo a Emmanuel Jal y su ya mítico 'Kuar' y a los polacos Chasing Kurt y su 'From Inside'. Todos contentos y felices directos a la Fira Gran Vía.


Pero como House puro y duro el que se llevó el gato al agua fue el africano Black Coffee que supo dar lo mejor de sí para un público sediento de groove en Sónar Noche. Baile sin parar con un buen rollo por donde miraras.

-¿Qué cojones estoy viendo?

Sí, aquí hay que hacer referencia a la actuación más radical del festival. Lo de Autechre fue una bofetada que solo ellos se pueden permitir. Tocar completamente a oscuras (salvo por las linternas de los móviles) en el SónarHall reivindicando que lo más importante es la música es todo un alegato. Los fuegos artificiales para otros. Y tampoco optaron por algo fácil. Fueron densos y rugosos para ir por caminos oscuros en su tramo final. Poca gente aguantó la experiencia al completo.

Antes de ellos estuvo el venezolano Arca con los visuales de Jesse Kanda. Y lo que parecía un chaval imberbe que daba las gracias con timidez al comienzo del espectáculo, se convirtió en un animal que se comió el escenario. La propuesta visual era territorio de Kanda y se conjugó a la perfección con la ambigüedad sexual de Arca con su strip-tease de torso para revelar un vestuario en su parte inferior que era una bizarrada drag Marylin Manson Style . Una música que también mezclaba géneros sin saber muy bien donde estabas. Dub, Ambient, Breaks, Grime, Techno y ritmos latinos como el Reggeaton. Hasta se animó a rapear en castellano y en inglés y bajando hasta el público como uno más para incendiarlo todo. Estiraba cualquier estilo al límite. Eso sí, no dejaba de haber una sensación de música pregrabada. No sabemos si todo fue una gran genialidad o se nos queda cara de timo de la estampita pero la intensidad de este chico está fuera de toda duda.


Larry Gus también fue de esos artistas que no te dejan indiferente por su intensidad. Un directo con sus sintes, su percusión, su micro y su actitud hiperneurótica. Esos gritos, esas paseos por el escenario hablando consigo mismo… una locura que encandilaba. Si Woody Allen fuera un artista electrónico se reencarnaría en él. Seguimos pensando que en su backstage había un diván y un señor en una silla apuntando todo.

Pero tengo que hacer mención especial a Davic Nod. Actuó a primera hora el viernes en el Village y a falta de una palabra mejor, lo que hizo fue ufotrónica. Porque quería abducir a todo el que estaba sentado en el césped. Todos hipnotizados por las frecuencias que proponía este artista de gesto inquebrantable. Parecía que no hacía nada, leves cambios en unas frecuencias de líneas infinitas. Fue tal el desconcierto que cuando acabó, el gesto de su cara cambió a ver si alguien le aplaudía, como finalmente fue. Si lo de Autechre era radical, esto fue lo más mental y abstracto que me he echado a la cara porque no era ni música, pero no podía de dejar de estar ahí.

-Pensaba que no, pero es que sí

Aquí voy a hacer un inciso en cosas de las que no esperaba gran cosa y me sorprendieron. Primero con Asap Rocky. Tampoco es me quedara a todo el concierto pero la energía que estaba generando en el público y el concepto de gran espectáculo es digna de mención. 

Después con Dubfire. Con este hombre tengo un serio problema desde que en aquel Musicland de infausto recuerdo me dio la noche con un sonido más aburrido y más plano que el pecho de la vigilante de la playa Stephanie Holden. No puedo con este señor y aunque mis acompañantes insistieron mucho en ir, yo iba con el cuchillo afilado y preparado. Pero su show Hybrid y la potencia de SónarClub hizo que lo envainara. La música no es que fuera la panacéa pero el envoltorio era tan bonito que no podías dejar de admirarlo. Y he aquí la antítesis de lo de Autechre en todos los sentidos.

Reconozco que Bomba Estéreo me daban mucha pereza y acabe tarareando 'Somos Dos' como un bobalicón. Nada más que decir. 


-Me aburroooooo

La música de Owen Pallet es muy bonita, con su violín y tal. Pero no sé si un viernes por la tarde en el Village levanta los ánimos o es un buen momento para refrescar el gaznate.

Fue la pequeña gran decepción. Roísín Murphy es un diva y ejerció como tal pero cuando prima más tu banda que era muy buena y tus continuos cambios de caretas y vestuario…. como que no. También se puede achacar a que el sonido no era potente y nítido en las zonas más traseras con lo que costaba meterte en el show de la Murphy. Pero ojo que también hubo momentos aislados de clase a raudales como cuando entonó 'Jealousy' o 'Simulation'.

T.E.E.D o como ser una playlist random de Spotify. Realmente despistado en su elección musical. Una cosa es ser ecléctico y otra hacerse la picha un lío. De 'Samba de Janeiro' al 'Jack Dawson Polka' o 'Spastik'. La impresión era que este hombre estaba dando palos de ciego además con unas transiciones pelín chapuceras.

Swindle, si en lugar de un Dj set hubiera sido un live como el de Fabric lo mismo no hubieran salido sapos y culebras de mi boca cuando estaba amenizando el Village con un Grime que para mi empachó demasiado. ¿No podían haber puesto a Skygaze a estas horas?

Creo que en mi segunda o tercera birra en el sábado noche la fui a pedir en SónarCar cuando actuaba Pxxr Gvng pensando que habría menos gente que en otras zonas más concurridas. Sonaba Reggeaton. Huir fue lo más sensato.



-Lo que nos perdimos y nos dijeron que fue la leche en verso

La Mverte que fue la vida. Kindness en el Village. El directo de Palms Trax corto pero intenso y muy clásico. Squarepusher con su casco y su bajo. Vessel para hacer la digestión y los rapeos de la Tempest. FKA Twigs, me cago en mi calavera. Flying Lotus y su espectáculo visual. Koreless y Emmanuel Biard en el Complex. Niño de Elche vs Los Voluble, flamenco ravero en un escenario ¡toma combo!. TODO SÓNARHALL EL SÁBADO (menos mal que han colgado el directo de Niño  para paliar este sinsabor)....

-Sónar+D y los dineros

Aún con todo esto, se pudo sacar tiempo para pasear e investigar por el congreso tecnológico que acoge Sónar Día y que se llama Sónar+D. Desde las 10 de la mañana ya rebosaba vida entre cientos de ingenieros, hackers, empresas, inventores y cazatalentos en busca de nuevas ideas, nuevos productos y nuevas vías tecnológicas aplicadas al arte y oportunidades de negocio. Pudimos probar Oval, pudimos cacharrerar con diferentes sintetizadores, disfrutar de la realidad virtual, encontrarnos con profesionales que admiramos como la gente de la Escuela Eumes. La tercera edición de Sónar+D fue un éxito si paliativos y todo un acierto su división por plantas separando stands de empresas con mesas de debate y trabajo.


En cuanto a la novedad de pagar con la pulsera SónarCashes se produjo la unificación de precios entre los acreditados y el clubber de a pie. Una unificación al alza porque cada birra costaba para todos 3,5. Para los pagos era realmente efectivo y para la organización muy lucrativo porque esos eurillos sueltos no te vas a poner a cambiarlos cuando Garnier está on fire. Pero tampoco se vas a pagar 2 euros de gestión bancaria para recuperar 2,5. Así que, en mi caso particular, esa ha sido mi donación al festival como si de una rave se tratara.

-Valoración final

Un line-up potentísimo, un sonido mejorado, unas instalaciones cómodas, mucha diversión, looks de todo tipo, comienzo oficioso del verano, encuentros con muchos amigos que solo vemos en este festival. En definitiva, ¡Esperamos Sónar 2016 con ansia!
__________________
Fotos y vídeos: E&R

Comentarios